En el marco de la celebración por el Día del Comerciante, María Lidia Barbosa Guzmán, propietaria de un local de frutas y verduras en el mercado Juan Escutia de Tepic, reveló que en este oficio no tiene nada de qué arrepentirse, ya que le ha tocado vivir de todo un poco: pasar las verdes y también las maduras.
Reconoce que los tiempos definitivamente ya no son los mismos, han cambiado y bastante; dijo añorar los de antaño y lamentó que ahora como sociedad estemos transitando por una desconfianza y falta de valores que impiden la fraternidad y solidaridad como sociedad.
“Me tocó principalmente vivir lo ocurrido en 1968, cuando fue la primera Olimpiada aquí en México, lo recuerdo muy bien, hubo mucho turismo de carácter internacional, vino bastante gente de muchos países, tuvimos la oportunidad de conocerlos, ya ve que antes la gente era un poquito más abierta, y quizás eso sea algo que se añore, era gente más abierta, más accesible, platicaba y conversaba más”.
Al preguntarle a Doña Lidia, dentro de los años vividos como locataria del mercado Juan Escutia, cuál sería entonces su peor experiencia vivida dentro del comercio local, señaló: “Como decía mi mamá, de los corajes hago manojos y de lo otro que se resbalen por la espalda, porque uno deja los problemas en la puerta del mercado y dentro del mercado sólo vale y cuenta el sonreír y atender a la gente con respeto ante todo”.