Por Luis Alberto Becerra Uribe
La fotografía es mi puerta hacia la expresión creativa; es una forma de despertar y explorar mi imaginación. A través de mi cámara o dron, descubro la belleza en lo cotidiano y encuentro instantes fugaces que plasman mi esencia, revelando lo que a menudo pasa desapercibido. La fotografía me permite capturar recuerdos únicos. Cada imagen que tomo se convierte en la ventana hacia un mundo singular: mi mundo, uno que deseo compartir con todos.
Tomar fotografías me brinda la oportunidad de detenerme, observar y apreciar la riqueza de la vida en sus detalles más pequeños. Es una pasión que me impulsa a ir más allá de la simple acción de apuntar y disparar. Invierto tiempo y energía para encontrar el ángulo perfecto, la luz adecuada y la composición ideal que capturen la esencia de un momento especial. La satisfacción que siento al ver el resultado final, incluso después de superar obstáculos y desafíos, es incomparable.
La fotografía no es sólo un arte, sino también un emocionante viaje que me permite explorar el mundo y poner a prueba mi determinación y creatividad.
Al reflexionar sobre mi sentir en relación al arte de capturar imágenes, me vino a la mente el recuerdo de que a los 13 años obtuve mi primera cámara fotográfica. Sin embargo, desde niño me llamó la atención el poder de retratar y preservar recuerdos. Hasta el día de hoy, a mis 24 años, sigo perfeccionando mis disparos para capturar historias de la vida.

