Por Oscar Verdín Camacho

A principios de los años 90s, el doctor Juan José Rodríguez Naya era director del Hospital General de Tepic.

Ahí lo conocí, en mis inicios de reportero de Nota Roja.

Seis días a la semana trataba de llegar antes de las siete de la mañana para alcanzar al policía municipal que terminaba su guardia y me pasara los reportes de las últimas horas, acerca de personas ingresadas: baleadas, apuñaladas, accidentadas, de todo eso.

Las libretas de los agentes se convertían en una fuente importante de información, además de sus propias narrativas. En compensación les ofrecía la edición del periódico Meridiano que minutos antes había recogido en las instalaciones del diario.

Cuando algún caso requería mayor información, me retiraba del nosocomio y regresaba horas después  para buscar al director, precisamente el doctor Rodríguez Naya, entonces de algunos 50 años.

Siempre me atendió con amabilidad. Hubo ocasiones que, tras consultar con diverso personal médico, me amplió los datos que necesitaba, siempre cuidadoso del respeto por la situación de las personas involucradas. Y siempre sonriendo.

Y lo busqué tantas veces que un día me sorprendió: me entregó una especie de gafete con mi nombre, que después llevé a enmicar, a través del cual autorizaba para que pudiera tener comunicación con el personal médico en su ausencia.

Por ahí anduve varios años con ese gafete, desde la sala de urgencias hasta afuera de la sala para la realización de autopsias –en ese tiempo no existía el Servicio Médico Forense (SEMEFO)-, platicando con trabajadores del hospital, familiares o con los mismos heridos, procurando no fallar a la confianza depositada.

Así conocí, por ejemplo, a la señora Laura –“Laurita”, que por muchos años trabajó en el acceso del hospital, o a Ramón, responsable durante décadas de practicar autopsias.

Este recuerdo, que con el paso de los años volví a comentar con el doctor Juan José Rodríguez Naya, surge a partir de su lamentable muerte este 11 de septiembre.

Que en paz descanse y, otra vez, muchas gracias doctor.

* Esta información es publicada con autorización de su autor. Oscar Verdín Camacho publica sus notas en www.relatosnayarit.com

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