“Nayarit es una tierra de oportunidades”, suele ser una frase que escuchamos de distintos actores políticos y empresariales en los últimos años. Hoy más que nunca está afirmación ha resonado en distintos canales que encuentran en la entidad un atractivo destino para su inversión, no sólo económica, sino también creativa.
Cuenta la leyenda que algunos empresarios cuando tienen alguna idea lo primero que hacen es desarrollarla en Nayarit antes de llevarla a todo el país o incluso a todo el mundo. Asimismo, en el sector público, el programa IMSS-Bienestar eligió a la entidad como el lugar idóneo para desarrollar la idea que revolucionaría la manera de brindar los servicios de salud.
La posición geográfica, la migración interna, su pluralidad cultural o dinamismo económico, podrían ser algunas de las causas por las que la entidad es vista como un laboratorio, en el cual se pueden experimentar distintas ideas. En el tema electoral esto no ha sido la excepción, y hoy Movimiento Ciudadano es prueba de ello.
Durante las elecciones de 2021, el partido naranja logró un resultado histórico que lo convirtió en la segunda fuerza política del estado. Contra todo pronóstico, su candidato a gobernador, Ignacio “Nacho” Flores, logró convertirse en la segunda opción más votada por encima de la senadora Gloria Núñez Sánchez, quien fue postulada por la alianza conformada por el PRI, PAN y PRD, cuyas estructuras parecían tener gran arraigo en Nayarit.
La victoria de Morena fue aplastante, sus candidatos conquistaron la mayor parte de los cargos públicos en disputa. Sin embargo, esta ola guinda se eclipsaba por ese “amanecer naranja”, que podría hacernos creer que estábamos en la antesala de una nueva oposición.
No obstante, antes de esa elección Nacho Flores era un político que apenas figuraba en el ojo público de Nayarit. A través de redes sociales, su imagen comenzó a popularizarse por las publicaciones “memes” que hacían alusión hacia su constitución física y su cargo como alcalde de La Yesca, un municipio serrano de escasa población, pero alto grado de marginación. Además de verse envuelto en polémicas baladís que envolvían a su pareja, la reina de belleza, modelo y conductora de televisión, Verónica Gamboa.
Su marca comenzó a extenderse y vivió un gran boom con el inicio de las campañas electorales. Una intensa difusión de su imagen se hizo presente en los principales medios de comunicación audiovisuales, que conjugaron perfecto con el gran manual de mercadotecnia que presume Movimiento Ciudadano en cada elección. De pronto se veía a Nacho Flores en televisión, Facebook y en uno de cada tres comerciales que pasaba Youtube, irradiando un carisma que se guardaba en el inconsciente de muchos nayaritas.
El segundo lugar no fue sólo suerte. Fue producto de un experimento de mercado, que hoy ya está probado y parece ser se volverá a presentar, pero esta vez a nivel nacional. Quien sigue la política en México, conoce a Samuel García. Sabe de su meteórico ascenso en la esfera pública, impulsado principalmente por su estilo orgánico que no esconde esas actitudes regias que se han popularizado en los últimos años gracias a su nueva avanzada cultural que a través de múltiples influencers y su televisora, Multimedios, están alcanzando cada rincón del país.
A esto se le suma la carismática fórmula que ha encontrado con su esposa, Mariana Rodríguez, una reconocida influencer a nivel nacional, quien no duda en documentar su vida en cada instante, y por tanto generar polémicas en las que se ha visto envuelto Samuel, las cuales lejos de perjudicarle le han brindado gran fama nacional, al borde que hoy lejos de buscar olvidarlas, las presume con orgullo en su discurso de precampaña que ya inunda la televisión y las redes sociales.
El caso de Samuel no es muy distinto al de Nacho Flores, y las voces del electorado en esas pláticas banqueteras ya comienzan a mostrar una afinidad hacia el neoleonés que está generando mucha más simpatía que la candidata opositora Xóchitl Gálvez, quien lastimosamente parece sufrir un autosabotaje a raíz de que dejó de tener control en su imagen, para entregársela a los partidos tradicionales.
Basta con ver unos minutos la televisión o estar atento un rato a redes sociales, para darse cuenta cómo el Movimiento Ciudadano está ganando la jugada a la alianza PRIANRD que luce arcaica a la hora de entregar su mensaje. La consolidación de Movimiento Ciudadano está a la vista, mientras siguen ganando jóvenes adeptos que quizá para esta elección no tendrán gran influencia, pero que en los próximos años abarrotarán las urnas para elegir a quien muy probablemente suceda a Claudia Sheinbaum. Que quede claro que en la era de Tiktok, es Samuel García quién está ganando la partida.
EN DEFINITIVO… No todo el panorama es alentador para Movimiento Ciudadano. Parte de su avance se debe principalmente a que ha encabezado pocos gobiernos, lo cual también se traduce en escasos casos de corrupción. Si bien es cierto que hoy en Nayarit son la segunda fuerza, también es verdad que su estructura luce totalmente desfigurada, principalmente, por el exilio de su dirigente estatal, Ignacio Flores, quien al parecer cuenta con una orden aprehensión relacionada con presuntos actos de corrupción en su administración municipal. Asimismo, con la salida de Ivideliza Reyes, el liderazgo parece recaer en Gloria Núñez, quien no necesariamente cuenta con esa fama de “política nueva” que el de La Yesca mostraba.