Volantín | La Corte del lado de los mexicanos

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Por Salvador Cosío Gaona

Una resolución histórica tomó el pasado jueves la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), al dictaminar que el Estado tiene la responsabilidad de asegurar el suministro oportuno de medicamentos, garantizando así el derecho fundamental a la salud de los ciudadanos.

 Esta determinación derivó de un caso en el que un hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) omitió entregar de manera adecuada un medicamento a un paciente, quien, ante la urgencia, tuvo que adquirirlo por su cuenta.

 En la resolución, la SCJN subrayó que la vulneración al derecho a la salud se materializa desde el momento en que el medicamento no es suministrado de manera oportuna.

 En casos de enfermedades que requieren medicación periódica, el Estado debe actuar con diligencia, ya que de ello dependen la vida, la integridad y la seguridad de las personas.

 La sentencia establece que, en situaciones donde el Estado no cumpla con el suministro adecuado del medicamento, deberá reembolsar al paciente los gastos incurridos en la adquisición por cuenta propia. Esta medida busca resarcir la vulneración al derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental.

 La decisión de la Primera Sala enfatiza que el artículo 4º constitucional reconoce el derecho a la protección de la salud como un servicio básico que incluye la atención médica.

 La Corte afirmó que las autoridades de salud tienen la obligación de implementar acciones destinadas a medir y favorecer el derecho a la salud, en cumplimiento con los principios establecidos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. 

 Esta resolución destaca la importancia de garantizar el derecho humano a la salud y refuerza la idea de que el Estado debe cumplir con un deber concreto y constante de avanzar hacia la plena realización de este derecho, conforme a los estándares jurídicos y la progresividad que exige la Constitución.

 La SCJN reiteró la necesidad de salvaguardar la salud de los ciudadanos como prioridad fundamental.

 México es uno de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con algunos de los peores indicadores en salud.

 En el país, las enfermedades crónicas como la diabetes y la obesidad registran altos porcentajes, al igual que las muertes infantiles. También prevalece un bajo gasto público en el sector, y los médicos, enfermeras y camas hospitalarias son insuficientes, expone el informe Panorama de la Salud 2023, realizado por el organismo compuesto por 38 países miembros.

 Los datos que revela el informe muestran que México todavía está lejos de alcanzar la promesa del presidente Andrés Manuel López Obrador de tener un sistema de salud mexicano mejor que el de Dinamarca, pues el país se llevaría, al menos, 10 años en la implementación de una gran reforma en los servicios médicos.

Mortalidad infantil

México tiene la segunda tasa de mortalidad infantil más elevada de los países de la región que son miembros, con 13.8 por 1,000 nacidos vivos.

En contraste, el promedio de la OCDE es de cuatro muertes por 1,000 nacidos vivos. Se trata de muertes evitables, causadas por diarrea, enfermedades respiratorias crónicas o desnutrición que demandan mejores servicios básicos de salud.

 El combate a la mortalidad infantil es un desafío antiguo que se mantiene desde hace años y a él se suman nuevos retos, como la diabetes, el cáncer y la obesidad.

Las enfermedades crónicas ya

están llegando con mucha fuerza.

Para hacer frente a estas dos agendas sanitarias los sistemas de salud requerirán mayores recursos; sin embargo, el gasto del sector de México es uno de los más bajos de la OCDE, con 1,181 dólares por persona mientras la media es de 4,986 dólares.

La inversión en salud representa el 5.4% del Producto Interno Bruto (PIB), pero el promedio de la OCDE es de 8.8%. Además, de ese total, 47% proviene del bolsillo de las familias.

 México tiene 75 años de esperanza de vida, cinco menos que el promedio de la OCDE, de 80 años.

Diabetes, infartos y obesidad

Chile, México, Costa Rica y Colombia tienen tasas de diabetes superiores al promedio de la OCDE. Con 18.6% de los adultos enfermos de diabetes, el país se ha coronado como la nación con más casos de esta enfermedad.

 La tasa de mortalidad por enfermedades cardiovasculares en México es de las más altas, con 157 decesos por cada 100,000 habitantes mientras el promedio de la OCDE es de 136.

 Solo las muertes por cáncer son más bajas. En México se registran 93 por 100,000 habitantes, cuando la medida es de 133. Sin embargo, los datos son de 2019 y, en algunos casos, refiere el experto, quizá ya no representen la situación de los países.

Una proporción importante de los problemas de salud prevenibles están asociados a la diabetes y a la obesidad en México, donde 36% de los adultos presenta esta condición de vida, por encima del promedio de la OCDE de 26%.

Personal de salud

México se ha rezagado también en el número de profesionales de la salud disponibles para cada 1,000 habitantes. El país tiene 2.4 médicos y la media de la OCDE es de 3.4. De enfermeras, cuenta con 2.8 mientras los países miembros tienen en promedio 10.3. Incluso, en América Latina y El Caribe hay una media de 3.6 enfermeras.

 Una situación similar ocurre con el número de camas hospitalarias. México tiene menos de una cama por cada 1,000 personas y el promedio del organismo es de 4.

Nuevos modelos de atención

Los grandes desafíos en salud urgen implementar nuevos modelos de atención que sean eficientes y logren mejores resultados.

En el caso de nuestro país, el gobierno federal ha desaparecido programas de cobertura médica, como el Seguro Popular para que la atención a la población sin seguridad social sea gestionada por IMSS-Bienestar.

 Además, México tiene apenas una cobertura de salud de 76%, mientras que en la mayoría de los países de la región se encuentran en el 100%.

“Entonces, un mensaje que siempre transmito cuando la gente me pregunta sobre grandes reformas es: tengamos cuidado, porque las grandes reformas a corto plazo suelen ser muy difíciles”, agrega.

 Para mejorar el sistema de salud mexicano primero se requiere un gasto público en salud mayor, reforzar los datos y la información sobre la salud de la población, y contar con más y mejor preparados profesionales de la salud.

 También es necesario mejorar la atención de la obesidad, enfermedad que cuesta el equivalente al 5.3% del PIB, y la calidad de los servicios, pues los usuarios mexicanos reportan una satisfacción de 57%.

 Así que, asegura, un gran cambio en el sistema de salud no se alcanzará en dos años.

“Se lograrán cambios en una década. Espero que sea más rápido, pero tenemos que ser realistas con esto”.

 Opinionsalcosga23@gmail.com

@salvadorcosio1

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