“El pinc$%& alumno salió una verg$%&, ¡soy una verg$%&, no mam$%&!”, se vanagloriaba con leguaje soez Jorge Emilio González, conocido popularmente como El Niño Verde, mientras celebraba la victoria del Partido Verde Ecologista en el bunker de la candidata presidencial triunfadora Claudia Sheinbaum.
El video que se popularizó en Instagram, antes de presuntamente recibir reclamos de derecho de autor y ser eliminado, reflejaba más allá de la megalomanía del infame personaje, la reacción genuina del histórico triunfo del Partido Verde en esta elección, y que los ratifica por tercer sexenio consecutivo como partido en el poder.
De acuerdo con los cómputos distritales del Instituto Nacional Electoral, el Partido Verde se convirtió este 2024, en la quinta fuerza política a nivel nacional. No obstante, su paso más importante, se dio en el Poder Legislativo, en el que las matemáticas en el mejor de los casos podrían ubicarlo como la segunda fuerza de la Cámara de Diputados, garantizando ampliamente la mayoría calificada de la coalición Sigamos Haciendo Historia.
El rotundo éxito del Verde se ha convertido en el principal tema de los analistas políticos, una vez terminada la elección. La mayor crítica se estampa hacia el propio sistema que ha permitido que este partido cada año aumente más sus prerrogativas, a base de apostar al caballo ganador. Primero fue Vicente Fox, después Enrique Peña Nieto, luego Andrés Manuel López Obrador y ahora Claudia Sheinbaum quien le abrió las puertas a esta organización que más que una ideología, ha representado por años el ejemplo perfecto de lo que se ha convertido la política electoral, un concurso de mercadotecnia, en el que no existen reglas, más allá de generar capital tanto político como económico.
Aunque Morena se dice ser el partido que arrasó las elecciones, este proceso electoral es el triunfo del Partido Verde, quien presentó un amplio crecimiento en su estructura, obteniendo más escaños y obviamente un mayor número de prerrogativas, siendo esto su principal objetivo.
No obstante, dicen las fuentes nacionales que dentro del Gobierno Federal piden no preocuparse, ya que al parecer este crecimiento legislativo del que presume el Niño Verde, es totalmente artificial, ya que muchos de los que cargan el pin de la guacamaya, usan camisa guinda, y sólo tomaron prestadas las siglas del PVEM para evitar causar una sobrerrepresentación para el partido hegemónico.
Sin embargo, ante el desgaste natural que sufrirá Morena en los próximos años, el Partido Verde tiene una oportunidad única para consolidarse dentro de las grandes ligas, convirtiéndose en una opción seria para un electorado que muy probablemente busque opciones alternativas en los próximos tres años. Quizá eso debería comenzar a resonar en la cabeza de los futuros de Morena, ¿Será que Manuel Velasco podría ser otro Samuel García?
EN DEFINITIVO… “¿Va a votar por mí?, por usted si, por Geraldine Ponce no. A no importa, es más en las otras candidaturas ni si quiera vote por Morena, vote sólo por el Verde. ¿Conoce a Jasmine Bugarín?”, fue la conversación de una candidata a regidora en Tepic con una mujer mayor. El hecho ilustra perfectamente el trabajo que realizó el Partido Verde, que hoy les permite presumir de tener tres legisladores electos, las presidencias de Del Nayar, Tecuala y Tuxpan, así como un total de 25 regidurías en Tepic, Acaponeta, Ahuacatlán, Bahía de Banderas, Compostela, Huajicori, Santiago Ixcuintla, Tuxpan, Xalisco, La Yesca, Amatlán de Cañas, Del Nayar y Santa María del Oro.
No obstante, su cargo más importante está representado por su líder Jasmine Bugarín en el Senado de la República, escenario en el que se tejen los acuerdos del futuro. ¿Qué tan preocupados deberían estar en el corazón de Tepic dentro de tres años?
