En los discursos el concepto suena rimbombante. En la academia es motivo de estudio. Algunos lo repiten como si supieran de qué se trata, pero de la enunciación a su puesta en práctica dista un universo de posibilidades.
Los días iniciales de las administraciones municipales en Nayarit son muestra clara de ello. La gobernabilidad la da la mayoría, aunque no se cuente con ella siempre. Lo malo es que parece que algunos que ganaron en las urnas no alcanzan a apreciar que requieren del apoyo, y llegado el momento, de los votos de regidores tanto de su partido, como de quienes formaron coalición o alianza, y claro, de la oposición.
Y allí es donde se requiere el arte de la templanza en el gobernar y la lucidez en el actuar político. El autoritarismo no deja nada bueno, cuando además no se acompaña de una base social. Me dijo un diputado nayarita, todos quieren gobernar como Andrés Manuel pero ninguno ni ninguna tiene su carisma.
Frase cierta, a pájaro pasado todos somos filósofos y sabios. Pero lo cierto es que apenas es una semana de gobierno, y en algunas acciones se pueden ver la ausencia de la gobernanza. A favor del beneficio de la duda que de antemano les debemos dar a todos los mandos entrantes también se debe poner en la mesa el hecho de la inexperiencia, la novatez y el contexto, pero no por ello desde el arranque se deben cerrar a escuchar y a mejorar.
Ese es otro síntoma que sí se notó en estas primeras jornadas, una pizca de cerrazón acompañada con un abuso del bono democrático. La democracia se construye primero escuchando todas las voces, hacerles caso o no es otra cosa, pero si no estamos dando el primer paso, la escucha entonces menos estamos generando un respeto que se da a partir del reconocimiento del otro.
Como bien señala Axel Honnet, en su teoría del reconocimiento, el reconocer al otro ya es un paso enorme, pues se da por hecho que participa en el escenario, y un voto resulta por demás clave en una sesión de cabildo, y en ocasiones vienen de quien menos te lo esperas (cf. votación en el Senado con el senador de MC de Campeche, Daniel Barrera).
Síntomas como los de funcionarios que renuncian, o que quienes iban a asumir a última hora recibieron una invitación o prefirieron no hacerlo, habla de la democracia que se vive en todo Nayarit y en el país. Porque un cabildo por lejos que quede del internet o los reflectores de la capital, también debe cumplir con lo mínimo señalado por la ley,
Y tampoco queda fuera de los juegos de fuerzas que ejercen los poderes reales y fácticos que la realidad nos echa en cara a la menor provocación. El tema de las fronteras y sus dinámicas no es tan lejano como parece, y en él varios municipios participan activamente. De allí la importancia de la gobernanza en los ayuntamientos, del juego en equipo en los cabildos. Que se empiece al menos por escuchar por reconocer la existencia de los otros, de los demás. Tengo la leve sensación de que de esa manera todos saldremos ganando.
@rvargaspasaye
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