El año 2024 no se despidió sin que los nayaritas hayamos tenido la querida presencia de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. De verdad, su presencia es querida, respetada y reconocida por su talento y trayectoria de lucha. Las palabras del Gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero reflejan fielmente el sentimiento mayoritario de los nayaritas: “Siéntase, Presidenta, al inicio de su gobierno, que tiene incondicionalmente la fuerza y el apoyo de todo el pueblo de Nayarit que le respalda a cada momento”. Y dado que amor con amor se paga, la titular del Poder Ejecutivo Federal expresó su apoyo incondicional a Nayarit. En ese contexto la mandataria dio a conocer toda una lista de obras que realizará el gobierno federal los próximos años, así como el fortalecimiento de los programas sociales del gobierno que preside.
El Gobernador Navarro Quintero no ha defraudado el concepto que se tiene de él. El expresidente López Obrador siempre aludió a Navarro como “Un buen hombre”. Ahora, la Presidenta Claudia Sheinbaum, también muestra y demuestra que es una mujer de noble corazón, con gran sensibilidad y de sólidas convicciones. Esos valores no excluyen ni el mando firme, ni la fortaleza de sus convicciones democráticas. Tanto Navarro como Sheinbaum definieron las características de sus credenciales políticas a lo largo de años de lucha y de enormes esfuerzos para lograr que el estado y el país, cada uno en sus dimensiones, entrasen en una etapa de grandes transformaciones.
Ambas figuras políticas, la de Sheinbaum y la de Navarro, son muy bien vistas en el estado. En ambos casos se les reconoce el compromiso y la tremenda voluntad de servicio que los mueve. Se les reconoce la sinceridad con la que se mueven en la esfera política. Se les reconoce también la vocación por servir a la gente, sin demagogia, en los hechos que se pueden corroborar por cualquier persona.
Los programas sociales no tienen un móvil clientelista y para demostrarlo basta con verificar que esos mecanismos de equidistribución han sido consagrados en la Ley de Leyes, en nuestra Constitución Federal. Esos programas sociales que se desplegaron durante la administración del expresidente López Obrador, ahora se han expandido con el liderazgo y la fortaleza de convicciones de la Presidenta Sheinbaum. En Nayarit, la administración estatal misma se ha consolidado como un programa social, pues se privilegia el bienestar de la población más vulnerable, sin dejar de lado a las golpeadas clases medias o al sector empresarial.
Esa manifestación de incondicionalidad en el apoyo de la Presidenta a los nayaritas, correspondida con la incondicionalidad del respaldo de los nayaritas a su Presidenta, nace del afecto y del reconocimiento, de la gratitud porque al fin se empieza a hacer justicia a los desamparados, a los que habían sido olvidados o lanzados a la lógica de la marginalidad.
No obstante, se debe reconocer que existen sectores que discrepan de esa relación afectuosa que aquí se describe. La discrepancia no solamente es válida, sino que es imperiosamente necesaria. Así, la discrepancia, la disidencia, la oposición, como se le quiera llamar a cualquier forma de pensar de manera diferente, es indispensable para que la historia fluya, para que se tomen las mejores decisiones.
No obstante, la idea de la discrepancia, que hace a la pluralidad, es necesario que se enriquezca con ideas, con argumentos, con razones y con nuevas dimensiones de lo ideal, de lo que debe ser en estricto apego a la idea del bienestar general. El respeto es la base de la unidad fundamental, a esa unidad a la que hacía referencia Mariano Otero casi a mediados del siglo XIX. Esa unidad en lo fundamental abre las puertas a una relación civilizada entre aquellos que piensan las prioridades de manera diferente y las soluciones a los problemas, también de manera diferente. La clave de esa unidad es la tolerancia y el reconocimiento a los derechos de todos, lo que abre las puertas a la vida democrática. En Nayarit se respeta a quienes piensan de manera diferente, pues se reconoce la pluralidad de la democracia mexicana. Para bien del estado, el respeto se privilegia sin distingos.
También, para fortuna de Nayarit, los astros se alinean en favor del desarrollo de una entidad federativa que había sido tirada al olvido. El trabajo, la buena voluntad de la Presidenta Sheinbaum y del Gobernador Navarro, se encuentran comprometidos en la ruta de la transformación ratificada en las urnas con el voto mayoritario, demoledor, en favor de quien hoy lleva las riendas del Poder Ejecutivo Federal.
El apoyo de los nayaritas a su Presidenta, es incondicional. Esas son palabras claras y contundentes del Gobernador Navarro y no se equivoca en su aseveración. Tampoco se equivoca la Presidenta Sheinbaum al manifestar su apoyo incondicional a los nayaritas. El 20254 se perfila prometedor: las fuerzas de mayor potencia se alinean en favor del bienestar de los nayaritas, de todos los nayaritas. Esa es la virtud de la unidad fundamental que ha promovido el Gobernador Navarro Quintero. Ese es el efecto positivo de la unidad de dos buenas personas, de dos buenos mexicanos. Es efecto de la unidad de dos figuras que se unen en favor de un proceso transformador que coloca a la gente como el centro gravitacional de las acciones del Gobierno.