Cada tercer lunes de enero, el mundo se enfrenta a lo que se ha denominado Blue Monday, el día más triste del año, según la fórmula matemática del psicólogo británico Cliff Arnall. Este 2025, el Blue Monday cae el 20 de enero, y muchos se sienten afectados por la acumulación de factores como el clima frío, las deudas navideñas y la falta de motivación tras el inicio del nuevo año. Sin embargo, al día siguiente, el 21 de enero, llega una fecha que puede ser la clave para combatir la tristeza: el Día Internacional del Abrazo.
El Día Internacional del Abrazo, celebrado cada 21 de enero desde 1986, tiene un origen curioso, en el pequeño pueblo de Clio, en Michigan. Fue allí donde Kevin Zaborney, inspirado por una conversación con amigos, propuso un día para promover un gesto tan simple y universal como el abrazo. La fecha se popularizó rápidamente en Estados Unidos gracias al Calendario de Eventos Chase, una publicación que destacaba festividades locales, y en la actualidad, el abrazo ha trascendido fronteras como un símbolo de afecto y apoyo emocional.
Este día nos recuerda los numerosos beneficios que los abrazos aportan tanto a nivel físico como psicológico. Los abrazos no sólo nos reconfortan, sino que tienen un impacto profundo en nuestra salud y bienestar. Aquí te compartimos algunos de sus beneficios más destacados:
- Aportan seguridad: Desde que somos bebés, los abrazos son fundamentales para desarrollar un sentido de seguridad y confianza. Esta necesidad de afecto no desaparece con la edad; todos seguimos buscando ese apoyo emocional.
- Provocan placer: Abrazar a alguien o recibir un abrazo activa la liberación de dopamina y serotonina, neurotransmisores asociados con la reducción del estrés y la sensación de bienestar. Este pequeño gesto puede disminuir la ansiedad y aportar calma a nuestra mente.
- Satisfacen nuestras necesidades afectivas: Según estudios, una persona necesita al menos 14 abrazos diarios para sentirse emocionalmente satisfecha. La falta de contacto físico puede llevar a lo que se conoce como “hambre de piel”, una necesidad insatisfecha de afecto humano.
- Mejoran el funcionamiento diario: Un buen abrazo nos ayuda a centrarnos y afrontar los desafíos del día con más energía y motivación. Es un recordatorio de que no estamos solos y de que contamos con el apoyo de los demás.
- La mejor cura contra la timidez: Los abrazos pueden ser una poderosa herramienta para romper barreras sociales, especialmente para las personas tímidas. Fomentan la confianza y favorecen la apertura y espontaneidad.
- Disminuyen la presión arterial: Las personas que reciben abrazos frecuentes tienen niveles más bajos de presión arterial y una menor frecuencia cardíaca. El contacto físico regular contribuye a un estado físico más saludable.
Así, el Blue Monday, ese día sombrío en el que muchos se sienten atrapados por la tristeza, puede transformarse en una oportunidad perfecta para acercarse a los demás y compartir un abrazo. Y qué mejor momento para hacerlo que al día siguiente, en el Día Internacional del Abrazo, cuando recordamos la importancia de la conexión humana en nuestras vidas. En lugar de rendirnos a la melancolía, podemos optar por un gesto simple pero poderoso que, según la ciencia, puede hacer una gran diferencia en nuestro estado de ánimo y nuestra salud.
La tristeza puede ser transitoria, pero el afecto genuino y el apoyo de quienes nos rodean son elementos clave para mantenernos emocionalmente equilibrados y funcionales en cualquier momento del año.
