Por Maricarmen Núñez
Este lunes 20 de enero no fue como cualquier otro y particularmente para la sociedad norteamericana que tuvo que lidiar con el Blue Monday o el Día más triste del año, por la resaca postnavideña y también día dedicado a honrar a Martin Luther King Jr. por su histórico pronunciamiento de los derechos civiles. Todo esto en el marco de la inauguración presidencial de Donald Trump. ¿Motivo de felicidad, de enojo o incertidumbre? Depende si son republicanos o demócratas; amigos, enemigos o aliados y de su ubicación geopolítica. La incertidumbre fue creciendo para los indocumentados, lo que tienen una cuenta pendiente con la ley o hayan cometido una infracción vial. Todo fue importando: el discurso, el tono, las amenazas veladas y las declaradas del candidato, del electo y ahora Presidente de los Estados Unidos de América número 47.
Un tema que caló entre los paisanos fue la emergencia nacional en la frontera con México, a los que les dio el status de criminales, olvidando su historia familiar basada en origen migrante., Su madre Mary Anne MacLeod, llegó de Escocia a Nueva York donde se desempeñó como empleada doméstica y logró ciudadanizarse hasta 1942. Por el lado paterno, su abuelo Friedrich Drumpf de origen alemán, llegó solo a los dieciséis años a Nueva York donde aprendió el oficio de barbero para ayudar a su familia a liquidar deudas. Al ciudadanizarse, cambió el apellido por el de Trump que le sonaba más sajón y más acorde a su nuevo oficio de empleado de bienes raíces que heredaría a su hijo Fred Trump y éste a Donald Trump cuya tercera esposa Melania Trump nació en Yugoslavia, ahora Eslovenia y que tiene su propio origen migrante como los millones y millones de personas de todo el mundo que fueron conformando un país basado en la migración, población a la que el hoy presidente norteamericano, no duda en señalar una y otra vez de manera xenofóbica.
Desde esta perspectiva, este lunes fue azul para unos, dorado para otros, mientras miles y miles de inmigrantes de varios países se mantienen apostados en la frontera con Méxicoa con miras a mejor futuro, como lo hicieran el abuelo, la madre, los tíos, los primos, los suegros, los cuñados, la esposa de Donald Trump, un norteamericano que no ha tenido que brincar fronteras entre países, pero sí acciones legales estatales y federales; dos divorcios, un mayúsculo escándalo con la actriz de cine porno: Stormy Daniels, protestas y hasta un asalto al Capitolio. Así el hombre que evitó jurar colocando su mano sobre las biblias cristianas y judíos durante el evento que siguieron lo mismo pobladores de la Franja de Gaza, que los cubanos, los de la OTAN, los de la Unión Europea, los usuarios de Tyk Tok, los ambientalistas de París o los pobladores de Santa Cruz de Camotlán en Ahuacatlán, Nayarit donde solo habitan ancianos y niños. Sus hombres y mujeres están del otro lado de la frontera y que en sus fiestas patronales, se entonan los himnos de México y el de Estados Unidos al izar ambas banderas.
Habrá que prestar toda la atención como nos lo advierten los merolicos cuando ocupan mostrarnos sus productos: “Atrás de la raya que estoy trabajando”
