En China “no se andan por las ramas”, como se dice popularmente cuando alguien se desvía de un tema para evadirlo o se detiene en cuestiones que no son importantes. La República China se sabe poderosa en todos los sentidos y con la firmeza que le caracteriza, ya le respondió al presidente Donald Trump que está dispuesta a librar “cualquier tipo” de guerra con Estados Unidos.
El mensaje llega después de los aranceles comerciales impuestos por el presidente de EE.UU., Donald Trump, a los que la nación asiática respondió imponiendo también sus propios aranceles a productos estadounidenses.
“Si lo que Estados Unidos quiere es una guerra, ya sea una guerra arancelaria, una guerra comercial o cualquier otro tipo de guerra, estamos listos para luchar hasta el final”, dijo la embajada de China en Estados Unidos en X, reproduciendo una línea de una declaración del gobierno chino emitida el martes.
Se trata de uno de los mensajes más fuertes provenientes de China desde que Trump asumió la presidencia y se produce mientras los dirigentes chinos se reúnen en Pekín para el Congreso Nacional del Pueblo, que se celebra anualmente.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, respondió este miércoles diciendo que su país también estaba “preparado” cuando le preguntaron por el mensaje chino en una entrevista en la cadena Fox.
“Quienes desean la paz deben prepararse para la guerra”, añadió Hegseth.
El miércoles, el Primer Ministro de China, Li Qiang, anunció que su país volverá a aumentar su gasto en defensa en un 7,2% este año y advirtió que “cambios no vistos en un siglo se estaban desarrollando en todo el mundo a un ritmo más rápido”.
Este aumento del gasto en defensa era esperado y coincide con la cifra anunciada el año pasado.
Los líderes de Pekín intentan enviar a los chinos el mensaje de que confían en que la economía del país puede crecer, incluso bajo la amenaza de una guerra comercial.
China ha querido dar una imagen de país estable y pacífico en contraste con Estados Unidos, a quien Pekín acusa de estar involucrado en guerras en Medio Oriente y Ucrania.
Según los analistas, China podría esperar capitalizar las acciones de Trump en relación con aliados de Estados Unidos como Canadá y México, que también se han visto afectados por los aranceles, y no querrá adoptar una retórica que ahuyente a posibles nuevos socios globales.
El discurso pronunciado por el Primer Ministro el martes en Pekín enfatizó que China continuaría abriéndose y esperaba atraer más inversión extranjera.
Ya en el pasado China ha dicho que está lista para ir a la guerra. En octubre pasado, el presidente Xi pidió a las tropas que fortalecieran su preparación para la guerra mientras realizaban ejercicios militares alrededor de la isla autónoma de Taiwán.
Pero hay una diferencia entre la preparación militar y la disposición para ir a la guerra.
“Una excusa endeble”
La embajada china en Washington citó en su publicación en X una declaración del Ministerio de Asuntos Exteriores del día anterior, que también acusó a Estados Unidos de culpar a China por la entrada del fentanilo al país.
“La cuestión del fentanilo es una excusa endeble para aumentar los aranceles estadounidenses a las importaciones chinas”, afirmó el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores.
“La intimidación no nos asusta. El acoso no funciona con nosotros. La presión, la coerción o las amenazas no son la forma correcta de tratar con China”, añadió.
La relación entre Estados Unidos y China es siempre polémica. La publicación en X ha sido ampliamente compartida y podría ser utilizada por los halcones contrarios a China en el gabinete de Trump como evidencia de que Pekín es la mayor amenaza para la economía y la política exterior estadounidenses.
Los funcionarios en Pekín tenían la esperanza de que las relaciones entre Estados Unidos y China bajo el gobierno de Trump pudieran tener un comienzo más cordial después de que éste invitara a Xi a su toma de posesión. Trump también dijo que los dos líderes tuvieron “una gran llamada telefónica” apenas unos días antes de ingresar a la Casa Blanca.
Según algunas informaciones, los dos líderes debían haber mantenido otra llamada el mes pasado, pero eso no sucedió.
Xi lucha en su país contra un consumo persistentemente bajo, una crisis inmobiliaria y un alto desempleo.
China ha prometido inyectar miles de millones de dólares en su debilitada economía, un plan que sus líderes dieron a conocer el plan mientras miles de delegados asisten al Congreso Nacional del Pueblo, que aprueba decisiones ya tomadas a puerta cerrada.
China tiene el segundo mayor presupuesto militar del mundo -US$245.000 millones-, pero el suyo es mucho menor que el de Estados Unidos. Pekín gasta el 1,6% de su PIB en su ejército, mucho menos que Estados Unidos o Rusia, según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo.
Sin embargo, los analistas creen que China no revela todo lo que gasta en defensa.