Cristiano ejemplar, político honorable, empresario exitoso, en su sala y en su cabecera lucen estas palabras de Sun Tzu sobre pergamino: “Si eres capaz, finge incapacidad. Si eres fuerte, exhibe debilidad. Cuando estés cerca, simula que estás lejos. No ataques nunca donde el enemigo es poderoso. Evita siempre el combate que no puedes ganar. Si estás en inferioridad de condiciones, retírate. Si el enemigo está unido, divídelo. Avanza cuando no te espere y por donde menos te espere, lanza tu ataque. Para conocer al enemigo, conócete”. Es una lección que conserva desde que acudió a su primer curso de superación personal, siendo muy joven. Son sus diez mandamientos. Busco en algún lugar los de Moisés, que se encierran en dos: amar a Dios y al prójimo como a sí mismo. No los encuentro.