Un tercio de las ocho mil hectáreas sembradas con tabaco en la zona costera de Nayarit resultó afectado por una combinación de retrasos en la plantación, plagas y lluvias tempranas. Así lo informó Enrique Moreno, delegado de la Asociación Rural de Interés Colectivo (ARIC), quien advirtió que muchos productores no han podido secar su cosecha debido a la humedad ambiental.
De acuerdo con el dirigente, las parcelas establecidas después de enero enfrentaron condiciones adversas desde el inicio. Primero, el estrés hídrico favoreció la propagación de una enfermedad conocida como “pie negro”, que afecta las raíces y frena el crecimiento de la planta. Después, al llegar las lluvias antes de lo previsto, en junio, cuando normalmente inician en julio, el proceso de secado se interrumpió.
“El tabaco no puede entregarse húmedo. Las empresas lo rechazan porque con la humedad se generan hongos que deterioran el producto”, explicó. Muchos productores han tenido que transportar su cosecha hasta tres o cuatro veces, solo para enfrentar rechazos por parte de las empresas compradoras, lo que incrementa los costos por flete y merma sus ingresos.
En promedio, las parcelas afectadas apenas están produciendo entre 300 y 500 kilogramos por hectárea, cuando lo habitual ronda los tres mil. Esta baja productividad impide incluso cubrir los préstamos otorgados por las compañías tabacaleras para habilitar las siembras.
El problema se concentra en aproximadamente dos mil hectáreas, lo que representa cerca del 30 por ciento de la superficie cultivada este ciclo. Según Moreno, la situación pone en riesgo la economía de muchas familias rurales que dependen exclusivamente del tabaco como fuente de ingresos.