En la comunidad de Boca de Camichín, municipio de Santiago Ixcuintla, el cultivo de ostión se ha consolidado como una actividad económica sostenible, que combina técnicas productivas modernas con el respeto al entorno natural. Este trabajo, realizado por la cooperativa Ostricamichin, se basa en el uso de balsas flotantes que permiten el desarrollo del molusco a lo largo del año.
Óscar Guadalupe Padilla Angulo, presidente de la cooperativa, explicó que la siembra se realiza con semilla captada entre julio y agosto. “Tenemos una concesión acuícola que nos permite trabajar todo el año. Cuando llega el temporal de lluvias el ostión entra en una etapa en la que baja un poco su textura, pero sigue siendo apto para consumo”, precisó.
Además de permitir un cultivo controlado, esta técnica favorece la dispersión de semilla hacia el fondo del estero, lo que beneficia al ecosistema local y refuerza la capacidad natural de repoblamiento. La zona también presenta un fenómeno visual interesante: la coloración distinta del agua, resultado de la mezcla entre el agua salada del mar y la dulce proveniente de los esteros, debido a su diferencia de densidad.
El modelo de Boca de Camichín ha sido citado como ejemplo de acuacultura comunitaria exitosa, pues no sólo protege la biodiversidad, sino que también genera ingresos estables para las familias que viven del mar.