El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, planteó la posibilidad de sustituir el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) por acuerdos bilaterales con cada país. Durante una reunión con el primer ministro canadiense, Mark Carney, celebrada en la Casa Blanca, el mandatario señaló que su administración evalúa distintos escenarios para redefinir las relaciones comerciales en América del Norte.
Al ser consultado por la prensa sobre el futuro del acuerdo vigente desde 2020, Trump declaró: “Podríamos renegociarlo, y eso sería bueno, o simplemente podemos hacer acuerdos diferentes. Se nos permite hacer acuerdos diferentes”. Afirmó que su prioridad es lograr “el mejor trato posible” para Estados Unidos, sin descartar el papel estratégico de México y Canadá.
En el mismo encuentro, el presidente abordó cuestiones relacionadas con la frontera sur y el tráfico de fentanilo. Aseguró que los cruces irregulares “están en cero” y que los tres gobiernos colaboran en acciones conjuntas para contener el tráfico de drogas. “La situación ha mejorado”, afirmó Trump al destacar la cooperación tanto mexicana como canadiense.
Aunque el T-MEC continúa en vigor y es clave para resolver controversias con Estados Unidos, Washington ha impulsado revisiones en sectores como el automotriz, energético y laboral. El presidente defendió su política arancelaria como una respuesta ante lo que calificó como prácticas desiguales en tratados heredados. “Somos los reyes de que nos tomen el pelo”, afirmó, al justificar la implementación de “la cifra justa” de aranceles a sus socios comerciales.
Como ejemplo, Trump mencionó el acuerdo alcanzado con la Unión Europea, en el que se fijó un arancel del 15% para las importaciones automotrices. Según declaró, este tipo de ajustes representan un avance hacia un comercio más equilibrado.
Por su parte, Carney expresó que su visita a Washington fue una “reunión de trabajo” enfocada en restaurar las relaciones bilaterales y fortalecer la cooperación económica y de seguridad. Exgobernador del Banco de Inglaterra, el Primer Ministro canadiense enfrenta presión interna por el impacto económico de la política comercial estadounidense, que, según datos oficiales, provocó una caída del 1,5% en el Producto Interno Bruto canadiense durante el segundo trimestre.
Durante el intercambio, ambos líderes comentaron en tono distendido. “Tenemos un conflicto natural. También tenemos amor mutuo. Amo Canadá y la gente de Canadá”, dijo Trump. Carney matizó el comentario y prefirió hablar de “competencia”, subrayando que los avances recientes podrían facilitar un nuevo entendimiento entre ambos países aunque México resultó favorecido frente a Estados Unidos en las reglas de origen.
Las declaraciones del presidente estadounidense vincularon de forma explícita los temas de comercio, seguridad fronteriza y política antidrogas, y reiteraron la posibilidad de reconfigurar el actual marco comercial norteamericano. “Si eso representa un beneficio para Estados Unidos”, concluyó, “lo vamos a hacer”.