El temor que provoca una devolución de llamada después de una mamografía es frecuente, especialmente en quienes se someten por primera vez a este estudio. Sin embargo, expertos en diagnóstico por imagen afirman que solicitar nuevas pruebas no implica una confirmación de enfermedad. “Cuando observamos algo inusual, no es que pensemos que definitivamente se trata de cáncer de mama”, aseguró el Dr. Ainel Sewell, radiólogo de mama en el Hospital Houston Methodist. Su explicación es obtener una visión más detallada y precisa.
De acuerdo con información difundida el 13 de octubre, estos seguimientos permiten descartar alteraciones sospechosas en una etapa temprana. Las mamografías sirven para identificar posibles tumores diminutos que aún no generan síntomas, por ello se consideran una herramienta fundamental en la detección oportuna. No obstante, debido a que algunas estructuras normales pueden parecer anómalas en la imagen, se requiere un análisis más profundo en ciertos casos.
Según el Dr. Sewell, el nivel de experiencia del especialista también influye en la precisión del diagnóstico. A diferencia de los radiólogos generales, quienes atienden diversas áreas, los profesionales enfocados exclusivamente en imágenes mamarias se entrenan para identificar cambios sutiles en el tejido. Esta subespecialización mejora las probabilidades de detectar irregularidades con mayor exactitud.
Otro aspecto que incrementa las devoluciones de llamada corresponde a la primera mamografía. “Su tejido mamario es único y se ve completamente diferente al de las demás”, explicó Sewell, al referirse a la ausencia de una imagen base que permita comparar. Esta falta de antecedentes dificulta determinar si un hallazgo es parte de la anatomía normal o si requiere vigilancia adicional.
Entre los motivos más frecuentes para una segunda evaluación se encuentran el tejido denso, asimetrías entre las mamas, distorsiones, calcificaciones y quistes benignos. En particular, el tejido denso representa un reto para los radiólogos, ya que su apariencia blanca en la imagen puede ocultar otras estructuras del mismo color. “Piense en el tejido mamario denso como si fuera nieve y en el cáncer de mama como si fuera un conejo de nieve”, señaló el Dr. Sewell.
Las distorsiones en la arquitectura del tejido o ciertas calcificaciones en grupo también pueden justificar estudios adicionales, aunque muchas veces resultan ser hallazgos benignos. En algunos casos se opta por ecografías complementarias, especialmente cuando se sospechan quistes o se necesita una observación más precisa de una zona específica.
Durante la cita posterior, el personal médico explica los resultados y detalla el plan a seguir, si es necesario. “Todos en nuestros centros de atención mamaria, desde el personal de recepción hasta las enfermeras, los técnicos en mamografía y los técnicos en ultrasonido, sabemos lo angustioso que es pensar que algo anda mal”, expresó Sewell, al enfatizar la importancia de resolver dudas con prontitud.
Finalmente, el especialista recomendó mantener constancia en el centro donde se realizan los estudios. “El poder de la mamografía realmente reside en realizar ese examen en el mismo lugar año tras año”, concluyó.