“Nunca he robado a nadie, desde los 17 años me dedico a lanzar fuego en las calles, gano alrededor de 600 pesos diarios y hago una inversión de alrededor de 64 pesos porque compró 50 pesos de diésel y un paquete de cerillos que me cuesta 14 pesos”, declaró en entrevista el señor José Antonio Soto Vargas, quien desde hace más de 15 años se dedica a lanzar fuego en las más importantes avenidas de la ciudad de Tepic.
Soto Vargas, aclaró que los riesgos de perder la vida a causa de este oficio es alto, pues dijo que en caso de ingerir grandes cantidades de diésel podría aparecer en su cuerpo algún tipo de cáncer: “muchos compañeros que se dedicaban a este oficio ya murieron, la mayoría de ellos murieron de cáncer, yo apenas tengo alrededor de 15 años trabajando en este negocio, ahora llego a casa limpio, sin quemaduras, pero cuando empecé a trabajar en este oficio, llegaba a la casa sin ceja y sin pestañas, pero con el tiempo aprendí a proteger mi rostro y aquí seguimos trabajando”.
Enseguida, el joven lanza fuego dijo que algo que le molesta de la sociedad, es que lo critiquen y lo cataloguen de lacra: “muchas veces antes de llegar a ventanillas de los autos los conductores suben el cristal y eso me molesta, me tratan como delincuente, pero lo único que andamos haciendo es trabajar, es buscar la moneda de una forma honesta, sin robar ni ofender a nadie, pero es la misma gente la que nos puede orillar a delinquir”, especificó.
Aclaró que no es tarea fácil estar todo el día bajos los rayos del sol: “no es fácil, hace mucha calor y luego con el fuego cerca de nuestro rostro es peor, la gente que nos critica no sabe lo que se siente hacer nuestro trabajo, ellos vienen muy cómodos arriba de sus carros, ellos traen aire acondicionado y casi siempre traen bebidas refrescantes y en mi caso yo siempre ando bajo los rayos del sol, por eso le pedimos a la sociedad que se pongan un minuto en nuestros zapatos, si no quieren o no pueden darnos la moneda que no nos la den, pero que tampoco que nos ofendan, en lo personal las ofensas me molestan mucho… a veces pienso que es la misma sociedad la responsable de transformarnos en monstruos, somos gente buena, somos gente trabajadora que sólo buscamos ganar una moneda en las calles de la ciudad, yo en lo personal no pretendo robar a nadie, solo quiero ganarme mis alimentos de forma honesta, pero si no me ayudan no me jodan, como artista callejero tengo sentimientos, no es mucho pedir respeto… o sí”.