Manuel Salinas Solís
Una sociedad que no lee es como aquel que no se previene con vacunas y queda a merced de cuanta epidemia sale al paso.
Comunidad que no lee peligra, pues en su falta de formación e información tomará decisiones equivocadas y será fácilmente manipulada.
La existencia per se de un pueblo sabio no pasa de ser una figura retórica intencionadamente adulatoria y nada más.
Equivale a la caricia que el jinete le hace a su caballo, antes de trepar en él.
Esa hipotética e innata sabiduría atribuible al pueblo, no surge de la nada ni de forma espontánea, como acto de milagrería. Proviene en todo caso de la formación e información que ha podido atesorar y quiérase o no, la fuente formadora e informadora por excelencia hoy por hoy es la lectura.
En México no se lee o se lee poco.
Los datos al respecto son reveladores. Mientras los canadienses leen al año 17 libros, nosotros apenitas damos cuenta de 3.
La UNESCO publicó hace seis años un informe sobre índices de lectura en el cual, de una lista de 108 países, México ocupaba el penúltimo lugar. Transcurrido un sexenio no hemos mejorado. Seguimos en el sótano.
¿A que atribuirlo?
Los factores son muchos. ¿A que los libros son caros? Sí pero sólo en parte porque hay infinidad de bibliotecas en el país magníficamente avitualladas con enormes y valiosos acervos bibliográficos a disposición gratuita de posibles lectores, pero estos no aparecen en el número esperado.
La razón radicará entonces en que ¿los libros digitales han reducido la demanda de los libros impresos? No es así.
Contrario a lo que pudiera pensarse, los libros digitales que vivieron su mejor temporada durante la pandemia pasada ésta disminuyeron su presencia en el mercado de lectores. Aún en su mejor momento los libros digitales no llegaron a representar en el mercado de la lectura más allá del 4%. Actualmente han quedado reducidos al 3.
¿La cuestión estribará entonces en que no hemos podido erradicar el analfabetismo en México?
Ojalá (Alá nos oiga) ojalá el nuevo titular de la SEP sea contra todo pronóstico, providencial heredero de la genial enjundia con la que Vasconcelos y luego Torres Bodet, combatieron en ese terreno. Seguimos teniendo importantes grupos sepultados en el analfabetismo, Chiapas, Oaxaca y Guerrero encabezan la lista, pero aún así, el número de analfabetas no pinta como para echarle la culpa de los poco lectores.
¿Dónde radica entonces el origen del problema?
Me parece que la causa pudiera radicar principalmente en que al no enseñarnos cuando niños a disfrutar de la lectura muchos le tomaron tirria a ésta y por consecuencia a los libros. Y ahí tenemos, por ejemplo, el caso de algunos señores y señoras legisladoras que la padecen y que frecuentemente exhiben apuros y sofocos cuando suben a tribuna para mal leer lo que algún amanuense les pergeñó plagado de disparates.
Ignoro si en el actual plan de estudios a nivel elemental, existe la materia de la lectura tanto en silencio como en voz alta. En los tres primeros años de primaria luego de nuestros primeros balbuceos en escritura y lectura, los educandos de otras remotas épocas, teníamos que pasar por el tormento de leer en voz alta frente al grupo de mozalbetes compañeros nuestros que se erigían en jueces implacables como salidos de una tómbola y que reprobaban nuestros errores y titubeos con toda suerte de chacoteos y burlas.
Pero con todo y todo nos gustara o no salíamos adelante, sin embargo, el método para conseguirlo dejaba sus secuelas pues se echaba mano de la imposición y el regaño, como cuando al niño lo purgaban y contra su voluntad le hacían beber a fortiori el aceite de ricino o le suministraban para que creciera como un roble la emulsión aquella en cuya etiqueta venia un pescador llevando a cuestas un enorme tiburón de cuya entraña se obtenía aquel insufrible bebedizo.
La letra y el libro con la sangre entraban y creo que ahí radica, buena parte de que tengamos en México pocos aficionados y muchos enemigos jurados de la lectura.
Tema no menos interesante es no solo cuanto lees sino además que lees…Pero eso será harina de otro costal….
¡¡¡Para todos como siempre Salud y Fibra!!!