Mientras recorríamos las instalaciones del panteón Miguel Hidalgo, tuvimos a la vista a una mujer que con marca de tristeza en su rostro colocaba flores sobre una cripta de este panteón municipal.
Nos acercamos a la dama y le preguntamos quién descansaba en esa tumba, a lo que Esmeralda Vaca Gutiérrez de aproximadamente 50 años de edad respondió que ahí se encontraban los restos de su señora madre y de su padre.
Comentó que a sus 50 años de edad le ha tocado sepultar a siete familiares: “Ya falleció mi padre, murió mi madre, tres tías y dos hermanos mayores que yo, unos murieron por enfermedad, otros por diferentes causas, pero mi madre murió de tristeza”.
Explicó que la muerte que más le pegó fue la de su señora madre, reveló que ella murió de depresión después de que sujetos armados levantaron a uno de sus nietos.
Recordó que estos hechos ocurrieron hace poco más de 10 años: “Mi madre sólo pudo soportar la pérdida de su nieto dos años, fueron dos años de tristeza para mi madre, ella nunca se recuperó de la desaparición de su nieto, él era mecánico, ya pasaron más de 10 años y nada sabemos de él, ya se murió su abuela, ya casi se muere su madre y de él nada se sabe. Recuerdo que en varias ocasiones llevamos a mi madre al médico y los doctores nos decían que no tenía nada, ordenaban que le hiciéramos diferentes estudios y mi abuela de todo salía muy bien, aparentemente mí madre no tenía nada, pero una mañana mi jefecita amaneció sin vida, ya no se levantó de su cama, murió de tristeza y ahora aquí nos ve recordando a nuestros seres queridos”.
La señora Esmeralda López recordó que la muerte nos va a llegar a todos: “Nadie se quiere morir, pero para allá vamos todos, por eso le digo a mis padres que me aparten un lugarcito allá donde estén, pero hagan baile cuando nos reencontremos en el otro mundo si es que existe”.
Fotos Reyes Ulloa
