7.7 C
Tepic
sábado, agosto 2, 2025
InicioOpiniónUn patronazgo relegado

Un patronazgo relegado

Fecha:

spot_imgspot_img

Con ocasión de la celebración del Día del inicio de la Guerra de Independencia del año 2024 y teniendo como fuente una Conferencia de la Dra. Mónica, escribí un artículo en el que pretendí mostrar que la coyuntura de la lucha por la independencia fue el “locus historicus” para la consolidación del culto a la guadalupana y la disminución significativa del culto a María en su advocación de los Remedios…

Pues bien, la pretensión de estas “palabras”, de nuevo, tiene que ver con “dos Marías”: la Virgen de los Dolores y Nuestra Señora de la Asunción en un contexto muy específico: el de la ciudad de Tepic.

La semana pasada que participé en la Eucaristía de las siete de la mañana con la finalidad de elegir un nicho para trasladar las cenizas de mi hermano Manuel a ella con motivo del séptimo aniversario de su fallecimiento [el cual se celebrará el próximo sábado 02 de agosto], me enteré que el sábado 07 y el domingo 08 de junio se celebrará el 230° aniversario de la Fiesta Jurada de Nuestra Señora de los Dolores “Patrona de la Ciudad de Tepic y Abogada de los Buenos Temporales y Protectora de los Rayos, Tormentas y Centellas ―coincidiendo esta ocasión con la solemnidad de Pentecostés.

El enterarme de este patronazgo que remite más de dos siglos atrás me movió a indagar algo más acerca de él y, unas palabras del P. José Refugio Ángel Palomera, Rector de la Catedral, en el sentido de que la definición de la Asunción de la Virgen María en Cuerpo y Alma a la Gloria Celeste a través de la Constitución Apostólica “Munificentissimus Deus” del Papa Pío XII el 1 de noviembre de 1950, habría fortalecido la Fiesta de Nuestra Señora de la Asunción en la Catedral de Tepic y relegado la Fiesta Jurada a la Virgen de los Dolores, motivó el enfoque de estas “palabras”.

Lo primero que vino a mi mente en ese contexto fue la antes mencionada transición del culto a Nuestra Señora de los Remedios al culto a la Virgen de Guadalupe…

Después, recordé otros casos semejantes. Uno de ellos, que involucra también a Nuestra Señora de la Asunción, cuya celebración en la Parroquia de Xalisco, Nayarit ha opacado desde hace tiempo al Santo Patrono Parroquial: San Cayetano. Otro, a nivel nacional, la transformación ―a partir de la segunda mitad del siglo XX― del Templo de San Hipólito, en el centro de la Ciudad de México, en el centro principal de la devoción a San Judas Tadeo…

Centrando la atención en la devoción a la Virgen de los Dolores, es interesante saber que se remite hasta finales del siglo XI y que San Anselmo de Canterbury [1033-1109] contribuyó a la difusión del culto a la Dolorosa; que en el siglo siguiente la composición del “Stabat Mater” ―de la que existen más de doscientes composiciones musicales [Vivaldi, Haydn, Liszt, etc.]― incrementó aún más el culto; que desde el siglo XVII se celebraban dos fiestas principales de la Dolorosa: la del viernes de Pasión y la del tercer domingo de septiembre; que el Papa Benedicto XIII lo introdujo en la liturgia de la Dolorosa en 1727 y que, en 1913, la fiesta de los Siete Dolores de la Virgen se fijó el 15 de septiembre.

Asimismo, el año 1735 la fiesta de los Siete Dolores fue extendida ―a solicitud del rey Felipe V―, a todos los dominios de España, por lo que no es de extrañar que a la Nueva España llegara el culto a la Dolorosa y que surgieran imágenes de factura novohispana como la de José Juárez [1617-1670] que data de 1655.

En una Conferencia titulada “¿Ya lloró la virgen? El viernes de Dolores y su advocación Mariana”, el Dr. Julián Briones Posada señala, entre otras muchas cosas, que en el último cuarto del siglo XVIII esta devoción tuvo una amplia difusión en nuestro país por la labor de la Compañía de Jesús, así como por publicación de escritos y creación de imágenes y retablos.

En ese contexto, creo, es preciso situar la Fiesta Jurada a Nuestra Señora de los Dolores, Patrona de Tepic de la que se celebra el ducentésimo trigésimo aniversario este año 2025 ya que ―como lo afirma el Dr. Pedro Luna Jiménez en un artículo publicado en La Senda en junio de 2018―, “en 1795, el 09 de junio el ayuntamiento local presidido por el próspero comerciante vizcaíno Esteban Antonio Lazcano, en coordinación con autoridades parroquiales y selectos miembros del vecindario, declararon patrona de la población a la Virgen de los Dolores”.

En ese mismo artículo, se hace referencia a una Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores creada en 1744, así como ―en una referencia al libro “La Catedral de Tepic”, del historiador Pedro López González― al señor Manuel de Caravantes, como donante de la primera imagen de la Dolorosa, pintada en lámina de cobre y gestionaría la edificación de la capilla anexa al templo parroquial. [La actual tiene más de 200 años y ha sido restaurada recientemente].

Tal vez, lo más valioso contenido en ese artículo es el texto del documento que hace referencia al reconocimiento de la Dolorosa como Patrona de la ciudad de Tepic y que se encuentra en la página 81 del Libro de Gobierno de la Parroquia de Tepic correspondiente al periodo 1775-1821 que, entre otras cosas, dice lo siguiente:

“El Ayuntamiento y vecindario de esta ciudad reunido en las Casas Consistoriales de la misma, con asistencia del párroco y números concurrencia del pueblo, fue solemnemente el día 19 de junio de 1796, ante el Juez, Subdelegado de este partido D. Agustín de Rivas, el tener y reconocer por particular patrono titular y abogada para los buenos temporales y demás necesidades comunes a la Sacratísima Virgen, en su Soberana Imagen de los Dolores, prometiendo celebrarle anualmente en la segunda dominica del mes de junio, con vísperas, misa, sermón y rosario en la tarde por las calles.”

El mencionado artículo concluye, entre otras cosas, diciendo que se desconoce por cuánto tiempo sobrevivió esa Fiesta Jurada y que se adolecía de una festividad de ese tipo que identifique a la sociedad tepiqueña y… es verdad.

En la ciudad, hay muchas fiestas religiosas, pero no parece haber ninguna capaz de ser considerada como Fiesta Patronal de la ciudad…

El restablecimiento de esta Fiesta Jurada en años recientes, sin embargo, no deja de ser digna de mención y de reconocimiento, sobre todo por aquello de que la Patrona de Tepic se considera “abogada de los buenos temporales y demás necesidades comunes”.

Más artículos