El precio del kilo de tortilla aumentó en promedio dos pesos en la Ciudad de México y el Estado de México, informó el Consejo Nacional de la Tortilla (CNT). El ajuste eleva el costo de 22 a 24 pesos en diferentes tortillerías, debido al encarecimiento de insumos y la inseguridad en la cadena productiva.
Homero López García, presidente del CNT, explicó que el alza responde a factores acumulativos en los negocios. “En diversos negocios se ha detectado un incremento promedio de 2 pesos por kilo, pasando de 22 pesos a 24 pesos en diferentes tortillerías de la Ciudad de México y Estado de México”, detalló.
El organismo empresarial subrayó que la producción de tortilla involucra múltiples gastos. “Contrario a lo que muchos piensan, el precio de la tortilla no depende únicamente del costo del maíz o la harina, todo proceso productivo impacta en la cadena de valor”, señaló el CNT. Entre los insumos que presionan el precio mencionó refacciones, papel grado alimenticio, gas, agua, luz, depreciación de equipos, además de los costos de fletes y la inseguridad en el traslado.
El incremento ocurre después de que el 12 de julio de 2025 la presidenta Claudia Sheinbaum firmó el Acuerdo Nacional Maíz-Tortilla con productores, comercializadores, harineros y tortilleros para mantener sin cambios el precio de este alimento básico. “En Palacio Nacional firmamos el Acuerdo Nacional Maíz-Tortilla con productores, comercializadores, harineros, nixtamaleros y tortilleros para mejorar la cadena de producción y mantener los precios”, afirmó la mandataria en ese momento.
Sheinbaum destacó entonces que el objetivo del pacto era “que haya menos intermediarismo entre el que vende maíz y el que lo procesa, y que haya acuerdos directos entre el productor y el procesador”. El CNT, sin embargo, no se adhirió al acuerdo y argumenta que los incrementos derivan también de la falta de mano de obra. Según el organismo, los programas sociales han reducido la disponibilidad de trabajadores en tortillerías, lo que eleva las demandas salariales.
La tortilla es el alimento de mayor consumo en México, y el aumento de su precio tiene un impacto directo en la economía de millones de hogares, especialmente en zonas urbanas del Valle de México.