En una gira de seguimiento por comunidades del norte de Nayarit, se constató el impacto de diversos programas federales en San Gregorio, El Maguey, Santa Cruz de Guaybel y el municipio de Ruiz. Estos programas buscan fortalecer la economía y la autonomía de quienes buscan salir adelante, brindando herramientas que permiten a los beneficiarios transformar su vida y mejorar su entorno.
En San Gregorio, los pobladores construyeron con sus propias manos un camino artesanal. Este tipo de infraestructura se caracteriza por utilizar materiales locales y mano de obra comunitaria, fomentando la participación y el uso eficiente de los recursos. La delegada de los programas para el Bienestar, Patricia Urenda, invitó a los residentes a mantener esos resultados, destacando que son un reflejo del potencial de organización comunitaria para el uso efectivo y directo de los recursos.
Mientras tanto, en El Maguey, se observó el avance en la edificación de un centro comunitario. Estos espacios están diseñados para albergar asambleas, actividades recreativas y de capacitación, y ofrecer un lugar de encuentro para los representantes y jueces locales, incluyendo una sala de espera.
En Santa Cruz de Guaybel, se recorrió una vía de comunicación que, antes de su mejora, era intransitable en temporada de lluvias, lo que afectaba considerablemente a maestros y estudiantes durante sus traslados. La obra brindará mayor seguridad a los beneficiarios al concluir su construcción.
La gira concluyó en Ruiz, donde, desde el 1 de diciembre, se han entregado de manera conjunta con Del Nayar más de 2 mil 100 tarjetas del programa Madres Trabajadoras. Este programa, coordinado con la Secretaría de Bienestar, tiene como objetivo apoyar económicamente a madres trabajadoras o padres solos con hijos pequeños, para contribuir al bienestar familiar y facilitar el cuidado infantil. Durante la visita, se escucharon las experiencias de dos beneficiarias, quienes compartieron cómo ha contribuido el programa a su vida y lo que significa formar parte de él.
Las comunidades indígenas del norte de Nayarit no solo reciben inversión, sino que también participan activamente en la decisión de cómo aplicar esos recursos, fortaleciendo su autonomía y transformando su entorno con obras hechas por ellos mismos, y con una retribución económica por su labor.
