Se estrenó el documental de Netflix sobre el equipo América. Se trata de una joya para todos los partidarios del equipo amarillo, que seguramente se estarán regodeando con cada capítulo.
Valiosas las imágenes antiguas donde Francisco Daniel Rubiales Calvo “Paco Malgesto” entrevista a Guillermo Cañedo de la Bárcena, quien durante muchos años fuera el presidente del club, antes de cederle la estafeta a Emilio Diez Barroso. Fabuloso el paneo donde se observa a los jugadores de los años sesenta en blanco y negro. Tiempos de Zague, Arlindo, Cuenca, Portugal y “El Coco” Gómez, el del gol olímpico en el estadio de Ciudad Universitaria.
A diferencia de otras docuseries donde los relatos de los participantes van contando la historia, Netflix eligió al comediante Carlos Ballarta. De manera coloquial, con el lenguaje de la calle, Ballarta es la voz que platica detalles de los otrora Canarios, Cremas y Millonetas. La investigación fílmica y hemerográfica es de verdad valiosa.
El América es una causa orgullosa, opulenta y ganadora. Y hay varios jugadores que representan esas características como el chileno Carlos Reinoso. Ángel Fernández lo llamaba simplemente “Carlos”. Y es que no hacía falta decir su apellido. Todos conocían al súper crack chileno que llegó procedente del Audax italiano de la patria andina.
Recuerdo un encabezado donde también lo apodaban “El Gran Chaparral”. Estatura baja, elegante conducción, juego cerebral, mente lúcida, pase preciso, visión de campo impar. Jugadorazo, por donde quiera que se le vea. Forma parte de la poco numerosa lista de los máximos virtuosos del balompié.
En los años setenta, el divo de las canchas grabó una canción que acendró el americanismo. Balada baladí. Tonada y letra sencillas, pero de fuerte repercusión en las estaciones de radio. “Llevo en mi pecho los colores del América”, dice el pegajoso estribillo.
Inmodesto y sin embargo afable, El Maestro es uno de los más grandes referentes en la historia del futbol mexicano. Como entrenador, Reinoso moldeó aquel equipo espectacular y demoledor de los años ochenta que llevaba en el pecho un triángulo invertido de color azul sobre el cual brillaba, grande y redondo, el escudo del América. Junto con Carlos Hermosillo, en 2003 fundamos el programa Futbol Picante de ESPN, que se ha convertido en un referente de la televisión deportiva.
En la fragmentada emisión se dedica asimismo un espacio relevante a Enrique Borja y Cuauhtémoc Blanco, dos grandes ídolos de la institución de Coapa. Cuau, talentosísimo, ya sabía lo que iba a hacer con el balón incluso antes de recibirlo y reunía todas las características del ídolo: origen humilde, talento extraordinario y debilidades humanas que el pueblo indulgente le perdonaba.
Preocupación
La violencia en los estadios es una de las grandes preocupaciones en el mundo del futbol.
El sociólogo argentino Fernando Segura ha escrito numerosos trabajos académicos y periodísticos sobre el tema y fue el organizador del coloquio internacional virtual Unipol 2022.
El viernes y sábado de la semana pasada, expertos abordaron tópicos como convivencia en las tribunas, barras, capacitación en disturbios y violencia desde los medios de comunicación.
Resulta fundamental hacer conciencia sobre un comportamiento educado y cívico dentro de los estadios, en estos tiempos de barras sudamericanas en las tribunas de los estadios mexicanos, dentro de las cuales se han presentado lamentables actos de violencia.
Quien desee acceder a los interesantes trabajos de Segura puede hacerlo en esta liga: https://independent.academia.edu/FernandoSeguraMTrejo
