Por Oscar Verdín Camacho
– Montes de Oca.
– ¡Aquí!
La maestra Alma Cecilia Medina, de la materia de sociología en la Unidad Académica de Derecho de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), está pasando lista y su estudiante más próximo, sentado en primera fila, es Carlos Montes de Oca Montes de Oca, un joven de 27 años con un padecimiento de ceguera.
– Antes veía un poco más, pero ya no. Me operaron y perdí gran parte de la visión. Nada más veo luces y sombras.
Carlos sigue la clase de primer año ayudándose con una laptop, en la que hace sus apuntes, adaptada con un programa que le permite escuchar todo lo que escribe.
Si en minutos previos se le envió una invitación de amistad por Facebook, de inmediato la aceptó, una vez que la máquina le anunció el nombre del solicitante, según cuenta. Se ha puesto unos audífonos.
Con la situación visual desde niño, Carlos es originario de Cancún, Quintana Roo, pero hace unos meses vive en Tepic; renta un departamento en la colonia Ampliación Tierra y Libertad.
De lunes a jueves está unas horas en la UAN desde las siete de la mañana para cumplir con sus clases, y otras veces también regresa por las tardes.
Sus palabras no dejan duda de que está hecho para grandes retos:
– Intento poner un parámetro para que otras personas que vengan detrás de mi continúen. Es la lucha de hacer una vida. Es mi lucha, pero yo no lo veo admirable, porque si no lo hago, no voy hacer nada, y no tengo de otra.
Cuenta que aunque obviamente sus maestros tienen una forma de enseñar, han ido encontrando una forma para adaptarse mutuamente. Este lunes, a su lado, una compañera de clase le apoya deletreando algunos nombres de grandes pensadores de la sociología anotados en el pizarrón.
La maestra Alma Cecilia ha autorizado que este reportero asista a la clase, en la que Carlos es participativo. Alma Cecilia le explica que el tema lo ha puesto en la plataforma classroom para que se le facilite darle seguimiento. Pero si tiene alguna duda, pregunta para anotarlo correctamente en su laptop.
– Yo sustituí la libreta por la computadora –agrega, también apoyándose con su celular.
Para asistir a la escuela aborda dos vehículos de transporte público de ida y dos de vuelta. Camina guiándose con un bastón. Dice que ya le resulta familiar el edificio donde se encuentra su salón de clases, en la segunda planta, pero aún le falta reconocer la zona más cercana al bulevar Tepic-Xalisco en que pasan los camiones.
Casos como el de Carlos motivan a sensibilizar el tema de la adecuación de los espacios para su movilidad. Incluso el ofrecerle un hombro para que se guíe con mayor seguridad.
Aunque es nativo de Cancún, hace unos años empezó a venir a Tepic. La razón: de aquí es quien fuera su novia, a la que conoció durante competencias de natación. Desde los ocho años nada y su especialidad son los 100 metros estilo pecho.
Ahora tiene una hija de tres años y quiere estar cerca de ella, ya que no viven juntos.
Aunque cuenta con una beca del Gobierno Federal, el estudiante de Derecho dice que necesita un trabajo para hacerse de algún recurso y, además, aprender a cocinar.
También sabe tocar la guitarra y, agrega, el próximo viernes formará parte de una presentación frente a la Presidencia Municipal de Tepic.
Carlos Montes de Oca anteriormente estudiaba la carrera de Psicología, en Cancún, pero la dejó por la abogacía.
– Me gusta estudiar Derecho, me ha llamado la atención, implica romper paradigmas.
Terminada la clase, caminamos hasta el bulevar Tepic-Xalisco. En el trayecto, narró que hace unas semanas estuvo aquí su abuela, y de la preocupación de su mamá porque se haya venido a Tepic. Su papá se dedica al comercio.
También contó una anécdota, de cosas que no deben suceder y que reflejan su carácter: cursaba la preparatoria cuando su grupo escolar visitó un lugar, pero quien era guía le pidió que los esperara, pretendiendo relegarlo. Él se opuso. También quería conocer el sitio y se fue junto a los demás.
* Esta información es publicada con autorización de su autor. Oscar Verdín Camacho publica sus notas en www.relatosnayarit.com