Caracterización del Gobierno de MANQ

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Por Ernesto Acero C.

No es sencillo llevar las riendas de un gobierno que debe asumir las consecuencias de lo que puede definirse como toda una Era de Corrupción e Irresponsabilidad. Cargando con serios problemas institucionales, el gobierno estatal ha debido responder a las necesidades mediatas e inmediatas que surgen de la vox pópuli. Esa es la premisa que marca una posible caracterización del gobierno que preside el doctor Miguel Ángel Navarro Quintero.

El año 2022 ha sido marcado por una labor que tiene como objetivo central la restauración de la vida institucional en el estado. Es verdad, dicho sea, en palabras de don Daniel Cossío Villegas, que el estilo personal no puede estar ausente del ejercicio del poder público en México. Solamente que ese estilo personal se manifestó en Nayarit en un estilo bárbaro de gobernar.

El año que acaba de concluir, ha cerrado sumando a un ex gobernador tras las rejas, a otro que al parecer ya anda en franco salto de mata. A eso se debe agregar a un ex rector que la magia de la corrupción convirtió en ojo de hormiga, naturalmente, dejando una estela de corrupción y de irresponsabilidad que tiene a la UAN de rodillas. Agréguese también, que el sol a rayas es el paisaje central de al menos un ex alcalde de la capital y de un ex candidato al mismo cargo.

El saqueo de bienes públicos ha sido enorme. Eso ha significado no solamente problemas para administrar problemas infinitos con recursos no solamente finitos, sino escasos en grado superlativo. El saqueo del que ha sido objeto el estado de Nayarit, ha sido un obstáculo permanente para el desarrollo local; esa es la peor de las consecuencias.

El combate a la corrupción ha sido el signo de los tiempos. El despliegue del poder público para erradicar la corrupción, ha ido acompañado de acciones encaminadas a recuperar bienes públicos. De esa manera, se ha logrado rescatar de las garras de la corrupción, una parte apenas simbólica de todo lo que ha sido hurtado a la sociedad nayarita.

Aplicar la ley a quienes la han infringido, sancionar a los que han traicionado la confianza que los nayaritas depositaron en ellos mediante el sufragio, recuperar bienes sustraídos indebidamente, son parte de la incansable labor que realiza el doctor Miguel Ángel Navarro Quintero al frente del Poder Ejecutivo estatal. Esa es quizá la parte menor de esa tarea del titular del gobierno estatal.

Lo que se encuentra en juego, es la viabilidad misma de las instituciones. Instituciones que deben transformarse. Solamente qué, para poder transformar, primero se debe estabilizar la nave de la administración pública. Escenarios de pánico y terror como el que nos muestra la Universidad nayarita, son el mejor ejemplo de lo que se encuentra tras la campaña contra la corrupción: el salvamento de una institución.

¿Qué es lo que la gente desea más? Seguramente que la respuesta puede encontrarse en la viabilidad de los niveles de bienestar de la población. Creo que la mayoría de las personas no se satisfacen observando como se traslada a las ergástulas a gobernantes perversos, malvados. Tampoco basta con la recuperación de bienes robados al pueblo. La gente desea que su trabajo sea reconocido y que los diplomas suenen en el bolsillo. La gente desea mejorar su nivel de vida.

El mandatario estatal, Miguel Ángel Navarro, sabe a ciencia cierta lo que es el enorme esfuerzo que se debe realizar para resolver los problemas de una familia. Su biografía es la mejor muestra. Esa misma historia de vida es lo que se refleja ahora en el signo que marca el gobierno que preside.

El rescate de las instituciones no es el signo del gobierno encabezado por Navarro Quintero, por mero formulismo. El Gobernador sabe que el poder público tiene el potencial de transformar la vida cotidiana de la población. El gasto público posee la fuerza necesaria y suficiente para contrarrestar los ciclos de atonía, de involución o de estancamiento. Ese gasto público no necesita concebir obras de gran magnitud, sino que generen empleo y que sienten las bases para la inversión privada. A eso es a lo que se denomina “Rectoría del Estado”. El artículo 25 de la Ley Fundamental, define el concepto para fines prácticos: “Corresponde al Estado la rectoría del desarrollo nacional para garantizar que éste sea integral y sustentable, que fortalezca la Soberanía de la Nación y su régimen democrático y que, mediante la competitividad, el fomento del crecimiento económico y el empleo y una más justa distribución del ingreso y la riqueza, permita el pleno ejercicio de la libertad y la dignidad de los individuos, grupos y clases sociales, cuya seguridad protege esta Constitución”.

Cuidado del medio ambiente, fortalecimiento de la democracia, crecimiento de la economía con incremento de los indicadores de bienestar. Esas son las claves centrales del trabajo que realiza el gobernante nayarita. Para eso es necesario (re)construir un entramado institucional que responda a las necesidades de ese desarrollo.

Combatir la corrupción, llevar ante las autoridades jurisdiccionales a quienes han traicionado la confianza popular, prevenir que la corrupción y reconstruir el entramado institucional, son parte del proyecto de apertura democrática en el que avanza Navarro Quintero. Este 2023 sin duda debe ser de consolidación del proyecto social para asegurar el bienestar, administrativo para reorganizar la estructura de gobierno, y político, preparándose para consolidar el proyecto de transformación.

El papel de los principales colaboradores en el equipo de Navarro Quintero, como lo son Juan Antonio Echeagaray Becerra en la Secretaría General, Julio César López Ruelas en el control de las finanzas públicas, es el de asegurar que los cambios no pierdan el rumbo. Mando y rumbo son parte de ese proyecto transformador que encabeza el doctor Navarro Quintero y del que el pueblo nayarita espera resultados en el bolsillo, en su nivel de vida, en el bienestar.

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