Por Ernesto Acero C.

El gobernador de Nayarit Miguel Ángel Navarro Quintero, aspira a dejar una huella del tamaño de las aspiraciones y expectativas de los nayaritas. Con ese propósito, durante años se propuso asumir la gubernatura del estado. En ese trayecto, mostró su sincera vocación de servicio, apoyando, promoviendo, solidarizándose con quien lo requería.

Cualquiera puede dejar una huella hecha de ladrillos. Ahí están las maravillas de la antigüedad. No obstante, son pocos los que han sabido dejar huella en la memoria y en el corazón de las personas.

Para dejar algo bueno en la memoria de la gente no se necesita sino calidad humana. No se necesita ser gobernante. No se necesita tener poder ajeno. No se necesita tener dinero hasta expulsarlo por los extremos del aparato digestivo.

Amasar grandes fortunas satisface a quienes las procuran. Cumplen con su objetivo personal. Se trata de una visión legítima y de una meta que no daña a los demás (o que no debe dañar a los demás). Las fortunas materiales representan el poder económico.

Hay otro poder, el poder político. Contrariamente a lo que se suele pensar, el poder político tiene como finalidad el bien de los demás. El ejercicio de poder puede ser de naturaleza política o de naturaleza contraria a la política, de satisfacción estrictamente personal. Cuando el poder político se ejerce con fines personales, ese ejercicio de poder deja de ser político.

No puede condenarse la intención de enriquecerse por medios personales. Lo que en todo caso puede ser execrable, es desnaturalizar el ejercicio político al ejercer el poder para enriquecerse en lo personal. Por eso resulta tan interesante la forma en que el gobernador Navarro Quintero percibe la política y el ejercicio de poder.

A nuestra entidad no le ha ido bien con los gobernadores que ha tenido, excepto por un par de casos. En todo caso, a Nayarit le ha ido tan mal que hasta puede “presumir” de “tener” a un ex gobernante encerrado tras las rejas. El siglo XX casi es un siglo perdido para el estado.

Por lo mismo, en ese contexto, las expectativas del Gobernador de Nayarit y de la sociedad nayarita, se alinean en una misma dirección. La gente desea una vida mejor y el mandatario estatal desea dejar una buena huella en la memoria de los nayaritas. Para eso se requiere el esfuerzo del gobernante y de la sociedad a la que representa.

El gobernador no puede aspirar a realizar obras faraónicas, sino obras que repercutan positivamente en la vida diaria cotidiana de la gente. El Gobernador Navarro Quintero ya empezó a realizar obras que pueden impactar favorablemente en la vida de todos. Una de esas realizaciones se vincula con el Sistema Nacional de Salud, cuya arquitectura sienta sus bases en el estado. El Programa IMSS-BIENESTAR tiene ese objetivo primordial, el de garantizar el acceso universal a los servicios de salud en el estado (y en el país), tal como lo enuncia el texto de nuestra Ley Fundamental, especialmente en sus artículos dos y cuatro.

El objetivo es trascendental, pues millones de mexicanos carecen de ese elemental servicio. La carencia de servicios médicos lleva a gastos catastróficos y en otros casos lleva a desenlaces fatales. Las personas requieren de servicios médicos de los que ahora carecen. El objetivo puede dejar una imborrable huella en la memoria de millones de mexicanos, en la memoria de la sociedad nayarita.

En el pasado se ha confundido el ejercicio de poder con la realización de obras que para las personas no son prioridad. La prioridad de prioridades es la salud, es la educación, es el trabajo remunerado con dignidad, de manera decente.

Cumplir con ese objetivo no es sencillo para un estado como Nayarit, cuya deuda pública es de proporciones inimaginables, como inimaginable es el origen de esos compromisos financieros. No obstante, el gobernante nayarita ha logrado coordinar esfuerzos con los del gobierno federal. Esos esfuerzos de coordinación se traducirán en recursos adicionales para el estado. Lograr que el Sistema Único de Salud  sea una realidad, depende de ese esfuerzo de coordinación.

Tampoco ha sido sencilla la tarea para el gobierno federal. El gobierno federal recibió también una deuda de proporciones exageradas y ha debido enfrentar los estragos de una pandemia que afecta al mundo y que solamente puede compararse con las grandes pandemias que han azotado a la humanidad y han puesto en peligro hasta su misma viabilidad.

La intención del gobierno que preside el doctor Miguel Ángel Navarro Quintero es la de entregar cuentas que marquen la memoria de los nayaritas. Para eso cuenta con recursos escasos y con problemas incontables. No obstante, los recursos que son escasos, administrados con un criterio político, con perspectiva social, pueden manifestarse de manera global para bien de las personas.

Por obras faraónicas podemos concebir a esas grandes construcciones como las que conocemos como las siete maravillas de la antigüedad. De esas obras tenemos pocos ejemplos para mencionar en el estado. La deuda que cargan las finanzas públicas de Nayarit no se tradujeron en obras materiales, sino en carga faraónica que al parecen enriqueció a pocos y endeudó a todos.

El Jefe de las instituciones locales, Miguel Ángel Navarro Quintero, a lo largo de su trayectoria política, profesional y personal, ha dejado en claro que su objetivo no es el de enriquecerse en el ejercicio del poder público. Su paso por la esfera pública ha sido de oportunidades para enriquecerse, pero las ha rechazado categóricamente.

La vocación de servicio y la voluntad política de Navarro Quintero se ha manifestado de manera contundente en los resultados de la elección de 2021. Ahora está en sus manos dejar una positiva huella imborrable en la memoria de los nayaritas. Su biografía es la biografía de un nayarita comprometido con su tiempo, la de un nayarita austero y solidario.

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