Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI, durante el cuarto trimestre del 2021 en Nayarit había 46 mil 603 trabajadores de la construcción, de esta cifra, mil 794 son mujeres.
Ayer tres de mayo estuvieron de fiesta, celebraron su día con música y comida, bebidas de todo tipo, cerveza y vino incluidos, claro. El riesgo de amanecer hoy con resaca es alto, mucho. Fue el Día de la Santa Cruz, el día del trabajador de la construcción, el día del albañil, una de las celebraciones emblemáticas de nuestro calendario con la que los mexicanos estamos muy familiarizados.
Pero también el IMSS tiene datos que reflejan que del universo, poco menos del 50 por ciento de los trabajadores y trabajadoras de la construcción en Nayarit están afiliados al Seguro Social: al mes de marzo, los asegurados suman solamente 22 mil 814 y de esa cantidad, 3,056 son mujeres.
Desde temprana hora, en la inmensa mayoría de las construcciones que se realizan actualmente en la ciudad, continuaron con la tradición de colocar la distintiva cruz hecha de madera y forrada con papel colorido, para que cubra con su manto sagrado al lugar de la obra.
Hay un ritual que cumplir cada tres de mayo, no debe fallar: los trabajadores toman una pausa a su pesado trabajo y dejan las herramientas y dan paso con la autorización del maestro de la obra a la típica celebración, en la cual los encargados de la edificación comparten el pan y la sal con sus compañeros, así como las refrescantes bebidas dignas del incesante clima.
Estas costumbres tienen su origen más de mil años atrás, cuando la emperatriz Helena de Constantinopla ordenó una expedición para localizar la cruz en donde murió Cristo. Finalmente, tras algunas excavaciones en el Monte del Gólgota en Jerusalén localizó las tres cruces y para averiguar cuál pertenecía a Jesús, la llevó con una persona enferma que tras tocarla se alivió de manera milagrosa.
El hallazgo de la también llamada Santa Elena de la Cruz, se convirtió en un motivo de celebración para la comunidad cristiana-católica que posteriormente fue adoptada por los devotos dedicados a la construcción.
La razón, algunos piensan que se remontan a los pueblos prehispánicos quienes realizaban ceremonias y sacrificios en busca de conseguir buenas cosechas en el año, lo cual tras la conquista se convirtió en una celebración a la Santa Cruz que con la migración de los mexicanos rurales a las zonas urbanas para laborar en la construcción traslado esta encomienda transformándolo en una petición divina para la seguridad.
Mientras que el semanario Desde la Fe, señala que algunos trabajadores afirman que esta fiesta católica es seguida por su sector debido a que un tres de mayo inició la construcción de la Basílica de la Santa Cruz en Roma.
