El fragmento de un video del enfrentamiento entre una alumna y un alumno en un salón de clases en el CETIS 100 difundido en redes sociales desató todo tipo de interpretaciones y condenas sin piedad a la maestra, a la joven, al joven y a las autoridades educativas.

Una alumna que fue testigo de los hechos, reconstruye lo que pasó:

La maestra impartía su clase normalmente, cuando se percató que una alumna estaba usando el teléfono celular. Le pidió que lo guardara, pero no hizo caso y se puso furiosa. Estaba a punto de golpear a la maestra cuando un alumno le sujetó los brazos y la alumna empezó a golpearlo desenfrenada, lo mordió del brazo y así lo tuvo varios minutos hasta que el alumno pudo soltarse. En ese momento la maestra abrazó a la alumna y ésta la sujetó del cabello por algunos instantes, hasta que llegaron maestros y coordinadores.

La alumna agresora se sentó en su pupitre y se puso a reír y luego a llorar.

Como antecedente, la maestra semanas antes ya había pedido que dicha alumna no entrara a su clase, pero su madre fue con los directivos a pedir que no la expulsaran y la aceptaron nuevamente.

Como casi todo en la vida, no hay víctimas ni victimarios, buenos y malos. Es una suma de infiernos, tal vez. El de la maestra, sin posibilidad de dar una atención personalizada a la alumna. El de la joven alumna, con un padecimiento quizá insuficientemente tratado. El de sus padres, sin posibilidad de manejar la situación. El del resto de los alumnos, sin saber qué conducta mostrar. El de los directivos del plantel, con éste y decenas de conflictos que resolver todos los días.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí