A Diego le celebraron su cumpleaños; no era ya de cántaro de barro el alma de las piñatas sino de papel periódico. Rompió algunas con temática de Harry Potter. Al abrir sus regalos se percató que no tenía uno para su padre, que también cumplía años. Corrió al patio y recogió las hojas sueltas de periódicos que saltaron de las piñatas y se las entregó al también festejado, asiduo lector de diarios. Su hermana mayor se puso a leerlas, la menor hizo una pelota que anduvo pateando por el salón infantil. Me informan industriales del entretenimiento que ahora que el segundo y tercer uso del periódico impreso se extingue, las piñatas podrían fabricarse con libros pues las bibliotecas están en desuso, en el cenit la sabiduría documentada en Wikipedia y las redes sociales.