Por Ernesto Acero C.
El gobernador de Nayarit Miguel Ángel Navarro Quintero abordó el tema de las aspiraciones que pueden incubar algunos servidores públicos. Dejó en claro que quienes tengan la intención de buscar algún cargo de elección popular, mejor entreguen las oficinas que actualmente ocupan. Lo hace con una sola intención: que den los resultados que la gente desea y que sus aspiraciones no sean obstáculo para la realización de sus obligaciones.
Lo sostuvo ante los medios el Gobernador: no quiero que “entren ahorita a contaminarse de calenturas políticas. Quien quiera empezar a proyectarse en una elección federal o estatal pues que renuncie, se vaya, porque apenas empecé hace un año tres meses junto con toda la sociedad, que no se desconcentren por favor, y que no se desconcentren, entonces esa exigencia la hemos estado llevando a cabo de una manera mucho muy celosa por un servidor”. Claro como es el Gobernador, en la manifestación de sus ideas, no hay lugar para confusiones.
Los que empiecen a sufrir calenturas electorales, que lo hagan fuera del gobierno. Del gobierno, el Gobernador y la sociedad nayarita, reclaman, exigen, demandan resultados. Las calenturas electorales no proceden cuando el bienestar de la población está en juego, eso es lo que significan las palabras del doctor Navarro Quintero.
Esa es la razón por la que el doctor Navarro de nuevo ha dejado en claro que exige de sus colaboradores, resultados concretos. Ayer mismo de nuevo fue contundente: “No quiero pretextos, quiero resultados”. El mandatario está consciente de que él es el responsable de lo que pase en el estado, de lo que se haga desde el gobierno. Por eso dejó en claro, con cierto sentido del humor, que esa responsabilidad lo ha llevado a concluir parafraseando que, como dice la canción, “Échame la culpa de lo que pase”. Esas palabras representan una enorme carga moral para sus funcionarios.
Las reglas del juego están muy claras y no hay espacio para las “confusiones”. El gobernante reclama resultados y no pretextos, pero, además, exige entrega sincera a las obligaciones que cada funcionario carga al aceptar un cargo en la administración pública que preside el titular del Ejecutivo estatal.
El signo de los tiempos es el combate frontal a los actos de corrupción. En ese sentido, los mayores tributarios a ese mal que azota al mundo (desde la esfera privada y la pública, por igual), provienen de administraciones locales anteriores. El Poder Judicial ha rendido cuentas claras al iniciar procesos que han llevado a la privación de la libertad a varios de sus personajes más relevantes. Igual ocurre con el Poder Ejecutivo, esfera que ha aportado a un ex gobernador a la cárcel y a otro lo trae huyendo de la dura fuerza de la ley. La Universidad no se ha quedado atrás y están en curso los procesos contra figuras que traicionaron a la institución educativa que fue la más importante, hasta hace poco, en el nivel superior.
Por lo anterior, los servidores públicos que deseen competir en futuros procesos comiciales, deben dejar en claro cuáles con sus prioridades. Los que deseen involucrarse en procesos electorales que prácticamente ya están a la vuelta de la esquina, es mejor que entreguen sus cargos.
El Gobernador Navarro Quintero, por mil razones que no viene al caso enunciar, tiene prisa en su gobierno. Por eso deja en claro que de sus colaboradores espera respuestas, resultados, no pretextos, no explicaciones para no cumplir.
En ese orden de ideas, más vale que los funcionarios entiendan esas palabras y lo que es claramente una advertencia. Los funcionarios deben actuar con honestidad en sus funciones, deben dar resultados y los que tengan en la mira candidaturas para cargos de elección popular, es mejor que entreguen sus áreas de responsabilidad.
La sociedad nayarita no puede esperar resultados de su gobierno, por otros cien años. El siglo XX fue una pérdida de tiempo. Nayarit sufre un rezago en la esfera social, en el plano de la economía y en la dimensión democrática.
De ahí la exigencia que es justificada de sobra: quiero resultados, no pretextos., no explicaciones. Ese reclamo no es solamente del gobernador Navarro Quintero. Esa es la exigencia histórica de una sociedad que ha sido saqueada de manera escandalosa y cuyo trabajo, cuyo esfuerzo, solamente ha servido para beneficiar a algunos cuantos sinvergüenzas. El mensaje está claro y no hay lugar para que nadie se haga bolas.