Entre la vida y la muerte

Enrique Rodríguez García tiene más de 23 años como paramédico, actualmente es director operativo de Protección Ciudadana y Bomberos del estado

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Ser paramédico de protección civil le ha permitido salvar la vida de cientos de seres humanos que por diversas razones se vieron involucrados en un accidente automovilístico en las carreteras de la entidad o en las calles de la ciudad.

Lamentablemente y a pesar de haber logrado rescatar a personas de entre los fierros retorcidos de las unidades accidentadas, también entre sus brazos han muerto seres humanos que un día salieron de casa y por causas del destino perdieron la vida en el camino.

Enrique Rodríguez García tiene más de 23 años como paramédico, actualmente es director operativo de Protección Ciudadana y Bomberos del estado.

En entrevista, dijo que ha participado en el rescate de personas que viajaban en autobús, en siniestros de pipas o camiones cisternas que cargaban combustible y que en las carreteras de la entidad terminaron por impactarse contra otros vehículos.

Explicó que al llegar al lugar del accidente como paramédico se debe valorar la escena, contar el número de lesionados y definir cuántas ambulancias se requieren para el traslado de los heridos.

Una vez que se estabiliza a los lesionados, uno a uno se trasladan al hospital más cercano del lugar del accidente: “Pero sobre todas las cosas, nuestro compromiso es realizar los trabajos de rescate sin lastimar a la persona prensada, o herida, nuestro objetivo principal es salvaguardar la vida de todas las personas involucradas en el accidente”.

Al preguntar al paramédico si recordaba algún rescate en específico, Enrique Rodríguez García relató uno que lo marcó de por vida.

Explicó que hace algunos años, reportaron una volcadura por el rumbo del poblado de Bellavista en donde les hacían saber a los servicios de emergencia que el automóvil era conducido por una mujer que iba acompañada de una bebé de un año y medio.

El paramédico recordó que a pesar de que se realizaron las labores de rescate de manera correcta y en cuestión de minutos al sacar a la menor de edad de  la unidad volcada, la niña murió entre los brazos del socorrista: “La bebé tenía un año 6 meses y desgraciadamente la niña murió en mis manos, se hizo todo el trabajo de manera satisfactoria pero no se logró el objetivo por las lesiones que tenía la bebé, eso a mí me  marcó de por vida, aún sigo recordando esa escena que me provoca dolor”.

Finalmente, Enrique Rodríguez García expresó que como rescatista ha brindado auxilio a personas que chocan en las carreteras, a personas que viajaban en autobuses foráneos que al cruzar tierras nayaritas sufrieron graves percances: “Lamentablemente muchas de las personas que viajaban en los autobuses perdieron la vida en el lugar de los hechos y eso como seres humanos duele, como paramédico duele, pero a pesar del dolor emocional que sentimos, los paramédicos siempre estaremos ahí salvando vidas, esa es nuestra labor; salvar vidas”.

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