Por Oscar González Bonilla

Talento singular mostró la diputada María Belén Muñoz Barajas al expresar sentimiento de identidad. Con dejo de orgullo manifiesta formar parte con autenticidad de la etnia wixarika (huichol), muy a pesar de haber nacido en la calle 7 de la colonia El Rodeo, al poniente de la capital nayarita. Justifica la pertenencia a esa raza, virtud a que sus padres son wixarikas, nombrados Olegaria Barajas Ríos, de 56 años de edad, originaria de San Pedro Lagunillas, y Vicente Muñoz López, fallecido a los 79 años de edad, quien vio la luz primera en San Andrés Coamita, Jalisco.

Parte de su infancia, de los cuatro a los nueve años de edad, transcurrió en el sitio que denomina Los Volcanes, contiguo al poblado San Cayetano, municipio de Tepic, donde cursó hasta cuarto año de la enseñanza primaria. Causa a la enfermedad de su padre, la familia se trasladó a la colonia El Rodeo, sitio donde se encuentra la escuela Luis Castillo Ledón, allí concluyó la primaria, en el turno vespertino. En la secundaria Juan Espinoza Bávara terminó estudios de enseñanza básica.

Con bastante ánimo por lograr superación educativa, la diputada María Belén hace saber que optó por ingresar al CEBTIS de Puga (Francisco I. Madero) para estudiar Laboratorista Clínico. Por siempre le fascinó el perfil médico. Al tener conocimiento de que en Cuba egresaban los mejores médicos del mundo, decidió ir a estudiar a aquel país caribeño. Fue aceptada, pero por desgracia Raúl Castro asume la responsabilidad de la nación al enfermar su hermano el presidente Fidel Castro, entonces, por los convenios de estudio no logró el objetivo de graduarse como médica. Tuvo que conformarse con cursar Procesos Agroindustriales en la Universidad Tecnológica de nuestra localidad, pero sólo permaneció un año.

Tiene cinco hermanos, tres mujeres y dos hombres. Sus padres entregaron todo su apoyo a quienes de ellos decidieron estudiar. La diputada Muñoz Barajas sostiene que hicieron el esfuerzo, puesto que sus condiciones económicas no fueron muy boyantes. Don Vicente fue jornalero en el cultivo de la jícama, mientras que su madre Olegaria elaboraba artesanías para la venta al público. “De esa manera nos sacaron adelante”.

Desde infante, María Belén Muñoz Barajas asegura que fue muy dedicada al estudio, razón por la cual integró la escolta en la primaria y secundaria, pero, además, como estudiante, participó en concursos de oratoria. “Yo siempre fui muy seria”. Considera que cierto nivel de su personalidad inhibida era consecuencia de la discriminación que tiempo pasado existió contra personas de rasgos indígenas. Sin embargo, “tuve una infancia feliz, no debo quejarme, me apoyaban mucho mis papás, la verdad”.

Sobre su inspiración para ingresar a la actividad política, la actual legisladora (la mirada de sus ojos se desplaza hacia arriba de su contorno. Los que saben de esto, aseguran que ello es señal de que habla con la verdad) narra:

“Como laboratorista clínica me exigen la realización de prácticas, por ello ingresé al Hospital General (de Tepic). Allí es donde veo cómo son tratados quienes proceden de los pueblos originarios. Sobre todo, cuando les tomamos muestras de sangre, observé que a las mujeres no se les atendía médicamente con la rapidez que se necesitaba, sufrían por dolores intensos. Se debía a que no entendían el lenguaje de las etnias sobre sus padecimientos. Había un intérprete que conocía a medias el significado de alguna lengua indígena, o en ocasiones tardaba en regresar del interior del nosocomio. Era un caos”.

“Durante un año que estuve en ese hospital, procuré siempre ayudar a los enfermos que llegaban de los pueblos originarios de nuestra entidad. Nace entonces mi interés por ser útil al ser humano, deseo ferviente de ayudar al prójimo. Se hizo luego mi traslado al Hospital General de Santiago Ixcuintla, donde permanecí dos años, y me encuentro con el mismo problema: no atienden médicamente con la celeridad que requieren los enfermos, las mujeres embarazadas la pasaban negras, los lesionados no se diga. Pero no estaba en mí resolver esa anómala situación que padecen quienes viven en pueblos originarios”.

Muy joven aprendió de sus padres la elaboración de artesanías. A su venta se dedicó con el propósito de ganar dinero para la manutención de ella y su pequeña hija. En esa actividad formalizó su entereza para combatir la discriminación. Se refugió en colectivo de pueblos originarios que, entre otros, integraban Máximino Muñoz, Aline Carrillo, Santos Rentería, personajes naayeri (cora). Ellos los doctrinaron sobre las oportunidades que deberían buscar en la capital nayarita donde radicaban, a pesar de ser migrantes, en temas de política y social, “pero además de coadyuvar a que nuestros hermanos reciban un mejor trato. Ese sentir provocó la realización de marchas cada 12 de octubre, de preferencia, pacíficas, pero en exigencia de nuestros derechos ciudadanos, que salían por calle adyacente al río Mololoa hasta la presidencia municipal, congreso del Estado y palacio de gobierno”.

Por sus cualidades en el uso del lenguaje,” facilidad de palabra y porque soy extrovertida”, es designada presidenta del colectivo de pueblos originarios, mismo que al paso del tiempo María Belén lo convierte en asociación civil. Con el propósito de promover artesanía y gastronomía wixarika el grupo étnico hizo presencia en la feria de San Marcos de Aguascalientes, Colima, Campeche y Monterrey, entre otras sedes.

Comenta que miembros de la organización un día visitaron la cárcel, donde se dieron cuenta que en prisión se hallaban personas de su mismo origen, pero sin culpabilidad en algún delito, sino “inocentes”. Argumenta que estaban allí por no haberse podido expresar ante su licenciado al margen de su lengua materna. “Por supuesto que duele, no son tus parientes, pero ves con impotencia que ocurran esas situaciones. Eso dio pie para que nosotros, en nuestra asociación, levantáramos un padrón sobre el número de abogados, médicos, enfermeras, maestros y demás profesionistas para apoyar a quienes de los nuestros lo requerían”.

Al pasar el tiempo, el grupo se decidió por la participación política. Con base en Acciones Afirmativas (medidas orientadas a favorecer y posicionar a determinadas personas o grupos, ya sea con el fin de eliminar o reducir las desigualdades de género, socio-cultural o económico que los afectan) que tuvieron sustento en el congreso local de Chihuahua, once personas, entre naayeris y wixarikas, del grupo que comandaba María Belén firmaron un documento que entregaron al Instituto Estatal Electoral de Nayarit con el objetivo de ser tomados en cuenta en la perspectiva político-electoral.

Era 2018, según expresa Muñoz Barajas. Los primeros que externaron su negativa fueron los partidos políticos: PRI, PAN, PRD y MORENA. Como vamos a dejar que participen, fue el argumento base. “Tenemos derechos que nos los han estado pisoteando, exigimos justicia social. Gracias a dios que era nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador y es él quien reconoce que los pueblos originarios debemos tener justicia social. Y derivado de esa justicia, el 6 de enero del 2021, antes de las elecciones, nos dicen que nos van a dar la oportunidad a que los pueblos originarios, por el porcentaje, podrán participar en sus municipios, y nos dan las demarcaciones, diputaciones y presidencias municipales por las cuales podemos participar en cada uno. Ante esta oportunidad deben ir los mejores gallos a representarnos y, el que quede, tiene que ser por nosotros. Claro que nos abandera un partido político. Y aquí estamos, trabajando arduamente por los pueblos originarios. Esa es la historia del porque estoy aquí. (33 legislatura, diputada plurinominal). Yo soy afiliada a MORENA desde el 2013, porque creo en cabecita de algodón, porque creo que nosotros sí podemos ser la diferencia”.

Desde entonces, como militante, ha realizado activismo partidista extremadamente dinámico en las zonas marginadas de Nayarit, pero además su asistencia ha sido permanente en cada una de las acciones políticas internas y de capacitación emprendidas por Morena. En el comité estatal, María Belén ocupó la cartera de secretaría de los pueblos originarios, cuyo eficiente desempeño le valió para ser candidata plurinominal a la diputación local. Su trabajo legislativo le ha permitido la presentación de cuando menos 17 iniciativas, todas con la mira de beneficiar al pueblo. Está segura que como legisladora sentará un precedente en Nayarit. “Haré historia”.

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