Por Judith Chávez
Estás saliendo poco a poco de tus deudas, después de mucho esfuerzo logras, por fin, tener un excedente de dinero, seguramente te resultará tentador usar ese dinero para comprarte algo nuevo o para divertirte utilizando esos “fondos adicionales” y así, sin darte cuenta caes en los viejos patrones de gasto.
¿Cuál es la situación que se produce al no sentir la presión del pago y se han desvanecido los sentimientos de enojo, cólera e ira por la cantidad de dinero que habías de abonar? Que empiezas a caer en el gasto emocional -reconfortante. Te permites comprar ropa nueva, salir a comer a lugares más exclusivos, actualizar tu teléfono, etc. a eso se le conoce como inflación del estilo de vida. Tenemos más, así que gastamos más y vivir así es imposible salir adelante, no importa cuánto dinero ganes.
A medida que vas librando la batalla de las deudas y mejora tu situación económica, es natural querer hacer cambios en tu forma de vivir, ¡y eso está bien! Sin embargo, lo que de forma errónea llamamos “calidad de vida”, en realidad solo es un estilo de vida inflado. Esto nos obliga a vivir al día, endeudados y corriendo en la rueda de hámster, que no nos lleva a ninguna parte.
Se estima que alrededor del 60% de las personas no pueden ahorrar ni mil pesos, incluso los que perciben altos ingresos se les dificulta, lo creas o no, la inflación del estilo de vida es la razón número uno. No hay un plan para alcanzar ninguna meta financiera. Es demasiado común suponer que siempre hay más tiempo. Entonces, poco a poco, el dinero desaparece y no te queda nada, excepto más cosas o más bonitas.
Así que cuando tengas un dinero extra en tu cartera (porque ya pagaste tus deudas) debes ser estratégico para decidir lo que vas a hacer con él. En vez de inflar tu estilo de vida, enfócalo en las cosas que de verdad agreguen valor. Agrégalo donde más lo necesites para lograr no solo tus metas financieras, también las de tu estilo de vida. Más dinero no es más gasto, más dinero son más oportunidades para generar más dinero. ¡ese es el chiste!