La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México ha emprendido una ambiciosa campaña para combatir las enfermedades del virus mosaico común del frijol y el mosaico común necrótico del frijol en la zona costera de Nayarit.

Con la mira puesta en reducir la incidencia y propagación de estos virus, el enfoque se centra en la promoción del cultivo de la variedad “San Blas”, conocida por su resistencia a enfermedades y su potencial para disminuir las importaciones de frijol Negro Opaco en la región.

Nayarit desempeña un papel fundamental en la producción de frijol negro, es el tercer productor nacional y San Blas es el primer productor estatal ya que aporta un impresionante 30.08 por ciento de la producción total. La variedad “San Blas”, específicamente desarrollada para la zona costera de Nayarit, se destaca por un grano de tamaño pequeño y un rápido tiempo de cocción. Su capacidad de resistir los virus la posiciona por encima de la variedad actualmente predominante en la región, “Jamapa”, mientras que su rendimiento promedio de mil 884 kilogramos de grano por hectárea promete impulsar la producción.

Para la investigadora Nadia García Álvarez, cuyo trabajo en el Campo Experimental Santiago Ixcuintla, Nayarit, forma parte del prestigioso Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, la extensiva siembra de “San Blas” en áreas con alta prevalencia de mosaico común y raíz negra, como Nayarit, representa un paso clave para reducir la incidencia y diseminación de los virus. Asimismo, se anticipa una disminución en las pérdidas asociadas a estas enfermedades, lo que, a su vez, se traducirá en un aumento en la calidad del grano producido.

El frijol, considerado una joya en el desarrollo rural y social de México, encarna una tradición productiva y de consumo que desempeña múltiples funciones, tanto alimenticias como socioeconómicas. No obstante, su productividad y rentabilidad se ven vulneradas por factores como el cambio climático, plagas y enfermedades, según ha destacado la Secretaría.

Para evidenciar la importancia de esta iniciativa, basta observar el caso del año 2021, cuando el municipio de San Blas alcanzó una producción de 4 mil 948.66 toneladas de frijol negro, con un valor comercial de 82 mil 643.63 millones de pesos. A pesar de una disminución del 5.94 por ciento en la producción en el año 2022, la variedad sembrada en el municipio logró una ganancia del 26.06 por ciento, llegando a un valor de 104 mil 180.11 millones de pesos.

Los virus BCMV y BCMNV, que se propagan por semillas de plantas infectadas, representan una seria amenaza para las cosechas de frijol. La incidencia de estas enfermedades está directamente relacionada con la siembra de variedades susceptibles, pudiendo ocasionar pérdidas en el rendimiento de hasta un 80 por ciento. Además, la presencia de insectos vectores que transmiten enfermedades infecciosas a las personas agrava la situación.

En Nayarit, los esfuerzos de control mediante la interferencia con el vector han demostrado ser poco efectivos, ya que los insectos logran transmitir ambos virus antes de sucumbir. Por ende, la dependencia federal ha enfatizado la importancia de utilizar semillas sanas y cultivar variedades resistentes, como es el caso de “San Blas”.

El frijol negro opaco, ampliamente distribuido en las áreas tropicales de México, especialmente en Veracruz, Nayarit y Chiapas, representa uno de los productos más demandados en el país. Esta alta demanda justifica la importación de más de 64 mil toneladas anuales, lo que constituye el 72 por ciento de las importaciones totales de frijol. La introducción y promoción de la variedad “San Blas” se erige como una solución prometedora para reducir esta dependencia y consolidar la autosuficiencia regional.

En conclusión, la promoción del cultivo de la variedad “San Blas” emerge como una estrategia fundamental en la lucha contra las enfermedades del frijol en Nayarit. La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural impulsa esta iniciativa para proteger la seguridad alimentaria, mejorar la calidad de los granos y, en última instancia, fomentar el desarrollo sostenible de la región. Con “San Blas” a la vanguardia, se abre un nuevo capítulo en el futuro agrícola del país.

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