Volantín | Cuentas alegres

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Por Salvador Cosío Gaona

Andrés Manuel López Obrador pronunció este viernes en Campeche el discurso por su quinto informe de Gobierno. Sin sorpresas ni altisonancias, López ha repetido las líneas estratégicas de su gobierno, que siempre atraviesan la fallida  lucha contra la corrupción y el combate a la pobreza y la inseguridad, pero solo en el discurso, solo en la retorica.  

Se trata del último informe que rendirá López antes de las elecciones presidenciales de 2024, donde se decidirá quién le sucederá. Pero no ha sonado en absoluto a despedida, muy al contrario, el presidente pretende, y así lo ha dicho, reformar la Constitución para que las medidas que no ha podido implantar por falta de apoyos legislativos salgan adelante, como el traslado de la Guardia Nacional bajo mando militar o la reforma del Poder Judicial para que los jueces y magistrados sean elegidos por el pueblo. Pero para modificar la Constitución deberán obtener un amplio apoyo en las elecciones de junio de 2024, cosa que se ve remota, más aun cuando sus corcholatas están en discordia. Después de ese día, el presidente ya tendrá a su lado a un nuevo presidente electo, o presidenta, seguramente. 

El sexenio de López fue caracterizado por la militarización. Militarización ha sido una de las palabras más pronunciadas en este régimen y una grieta entre los propios seguidores del presidente. Gran polvareda se levantó cuando López Obrador intentó perpetuar la Guardia Nacional bajo el mando de los militares, algo que ha echado abajo el Poder Judicial, para enorme enfado del mandatario. Por eso, cuando ha hablado de los uniformados, sus primeras palabras han sido para este cuerpo civil de 128.000 elementos “formados, disciplinados y entregados a garantizar la paz siempre con la guía de la Defensa Nacional”. Para quienes han criticado el inmenso poder entregado en estos años a los militares, el presidente ha desgranado el listado completo de las políticas en las que han participado los militares de forma íntegra o en colaboración con otros. “Defensa y Marina han sido grandes apoyos en Seguridad, Protección Civil, Aduanas, Puertos y Aeropuertos, instalaciones de Pemex, la construcción de 2.564 sucursales de Bancos del Bienestar, edificación de hospitales, distribución y aplicación de vacunas en la pandemia, construcción de 320 cuarteles, reparto de libros de texto, acueductos, canales, vías de riego, limpieza de playas de sargazo…”. 

La pelea con el Poder Judicial salió a relucir en el informe de gobierno. López no solo ha recordado sus políticas implantadas sino lo que todavía tiene esperanzas de dejar como legado. El presidente ha recordado que quiere presentar una iniciativa de reforma de la Constitución para que los jueces y magistrados sean elegidos por el pueblo. “Una limpieza del Poder Judicial de complicidades, conflictos de interés, convivencias inconfesables, corrupción y derroche de recursos. Es indispensable y urgente”. Según él. 

El presidente ha visto atoradas en estos años algunas de sus grandes medidas y cada resolución en contra que recibe de la Suprema Corte se recibe en Palacio Nacional con un discurso recurrente, la sujeción de los jueces ” a la élite del poder económico y político de México. Los operadores de la justicia no deben operar bajo la consigna de beneficiar a grupos o facciones políticas, económicas o hasta bajo consigna de intereses delictivos”. Para reformar la Constitución, su partido deberá obtener en las elecciones de junio una mayoría calificada de dos tercios. Para entonces, a López Obrador le quedarán apenas unos meses al frente del poder. 

La mirada al sur y sureste en este mandato ha sido defendida por el presidente en su informe, para declarar que han intentado combatir “las desigualdades entre territorios”. “Seguiremos atendiendo al norte y al centro, queremos que les vaya bien, pero en el tiempo que nos queda mantendremos la misma estrategia, dando prioridad a los más pobres”. El presidente, al que se le ha reprochado a menudo que no haya emprendido una reforma fiscal, ha dicho que a los ricos no les ha ido mal. Pero no ha reconocido que a muchos pobres les ha ido peor.  

El mandatario hizo en su informe una defensa de su filosofía, que ha denominado Humanismo Mexicano, en el que los pobres tienen centralidad. “Es falso que, si les va bien a los de arriba, necesariamente les irá bien a los de abajo. Nuestro modelo o proyecto alternativo se sustenta precisamente en lo opuesto, en atender primero a la base de la pirámide social, y eso es lo que está generando mejores ingresos a las familias, bienestar y la felicidad de la mayoría del pueblo de México, pero también es lo que nos está permitiendo garantizar condiciones básicas e indispensables para el fomento de la inversión nacional y extranjera, para el crecimiento económico, la creación de empleos, y lo más valioso, la gobernabilidad y mantener la paz social”, ha dicho López Obrador. Pero también antes había dicho que los pobres, los más pobres son los pilares de su movimiento, por lo que nunca ha tenido la intención de sacarlos de ese estadío, de lo contrario se le terminaría su base electoral, lo que sin duda es una desvergüenza.  

También ha afirmado que los logros de su Administración se deben fundamentalmente al combate frontal a la corrupción. “¿Cuál ha sido la clave para alcanzar estos resultados? La clave está en no permitir la corrupción, parece algo elemental, sencillo, hasta simple, pero de eso depende el progreso con justicia en nuestro país, nada había dañado más a México que la deshonestidad de los gobernantes, en eso fundamentalmente ha consistido el éxito del Gobierno de la transformación”, ha afirmado el presidente. Pero su discurso es mas falso que un billete de dos pesos, la corrupción en su administración va desde sus familiares más cercanos hasta sus colaboradores más allegados. 

La salud ha sido uno de los temas a los que se le dedicó un buen tiempo en el discurso y el nombre de Zoé Robledo, director general del Seguro Social, se ha mencionado. Hace semanas, la popularidad del funcionario le reservaba un lugar en la política local y cuando el presidente apremió a dejar el cargo a todos aquellos que quisieran presentarse a las elecciones de 2024, Robledo dio un paso al frente para pugnar por la gubernatura de Chiapas, proyecto que después se abortó. Este viernes, el presidente ha contado la anécdota de cómo, supuestamente, se retractó el director general, cuando López Obrador ya estaba pensando en otra persona para sustituirle. “Zoé había dado buen resultado, es bueno y cambiar… Hace unas semanas pidió hablar conmigo, me dijo que ya había pensado, que estaba comprometido con el proyecto y que aún está joven”. De esta forma ha relatado el presidente cómo Robledo quiso, dice, mantenerse al frente de los grandes proyectos que enfrenta el IMSS, mediante los cuales se está dotando de material a hospitales de todo el país, así como de recursos humanos, una tarea que ha traído dolores de cabeza en este sexenio. Muchos médicos y especialistas no han querido trasladarse a algunos territorios conflictivos, para lo cual el presidente contrató a profesionales cubanos en medio de una fuerte polémica. Pero resulta que al escuchar los suspuestos avances en salud, no podemos dejar de pensar en fuimos uno de los paises que peor abordaron la pandemia y más muertos tuvimos a consecuencia de la fallida estratégia. Tampoco se olvida que la instalaciones de los institutos de salud son deplorables y que no tienen medicinas y que en las mismas mueren peronas inocentes a consecuencia de la negligencia del mantenimiento de sus instalaciones. 

Una de las ideas más repetidas por el presidente en este mandato ha sido la necesidad de sacar a los jóvenes de la pobreza para que no caigan en manos del narcotráfico o cualquier otra delincuencia. En el informe dijo que los 100,000 millones de pesos destinados en este sexenio a programas para la juventud, “14 veces más que lo invertido en esta materia en los seis sexenios anteriores, donde no se invertía casi nada. Esto es importante, porque anteriormente solo se les mencionaba de esa forma tan despectiva de ninis, ni estudian ni trabajan”, ha dicho Obrador. No ha olvidado las becas, 12 millones de ayudas otorgadas a estudiantes pobres, de preescolar a posgrado, así como las Benito Juárez y las 200 universidades que bajo ese mismo nombre se han creado por todo el país para llevar los estudios a sitios remotos y pobres, un proyecto que no ha estado exento de polémica tampoco. Y en el capítulo de los estudios ha agradecido a los 30 Estados que han acogido y repartido los nuevos libros de texto redactados para la Nueva Escuela Mexicana con el que iniciará este nuevo curso. Pero López olvidó decir que durante su sexenio la calidad educativa bajó estrepitosamente y que dar dinero a jóvenes sin incentivar su productividad solo ha generado mayor consumo de drogas y comida chatarra. 

Y así rubro por rubro, López parece vivir en un país diferente al que vivimos todos los mexicanos, y ni sus cuentas alegres alivian la frustación de millones de nacionales que hace años vieron en él una esperanza que hoy se transformó en una gigante desilusion.  

opinion.salcosga@hotmail.com      

@salvadorcosio1 

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