Hace un mes, las elecciones primarias de Argentina dieron una sorpresa mundial. El candidato del partido Libertad Avanza, Javier Milei, se alzó con el triunfo ante los candidatos del oficialismo kirchnerista y de la oposición macrista, dos corrientes vinculadas a expresidentes de este país.
A pesar de ser la tercera opción, Milei consolidó su proyecto de ser la principal voz disidente de la nación albiceleste que quedó cautivada por el discurso libertario de quien presume ser exfutbolista y ferviente admirador de los Rolling Stones.
El Cisne Negro como ahora lo llaman los economistas, por la sorpresa que significó su triunfo para los mercados, destacó por presentar políticas radicales, que contradicen totalmente las ideas de los partidos políticos tradicionales. Aprovechó la rabia argentina por la eterna crisis, y metió tanto al oficialismo como a la oposición en el mismo saco, llamándolos la casta, así como Andrés Manuel López Obrador lo hizo con la mafia del poder y Donald Trump con el establishment.
Discursos que por cierto llegaron a todo el país a través de redes sociales y la televisión, en las cuales El Peluca, como también es conocido, siempre ha demostrado sentirse cómodo a pesar de mostrar en ocasiones posturas que van contra las tendencias mundiales, mostrando su rechazo a políticas como la legalización del aborto o incluso hacia la promoción de la ideología de género, lo que lo ha llevado a ser calificado como un político de ultraderecha.
El punto es que, en Argentina, hoy la tercera opción se ha convertido en la primera y esto es algo que en México claramente no se ignora. La decisión de la dirigencia de Movimiento Ciudadano ha dividido al partido. La fracción liderada por el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, ha mostrado su rechazo a la estrategia de Dante Delgado de evitar formar una oposición de partidos políticos única que tenga verdaderas chances de vencer a las organizaciones de la Cuarta Transformación.
Esta decisión del líder naranja ha llevado al Frente Amplio por México a acusarlo de venderse a Morena. Sin embargo, lo cierto es que la estrategia de MC es una apuesta segura. Una oportunidad de consolidar su presencia en todo el país, con algún candidato carismático como pudiera ser Samuel García o el propio Enrique Alfaro, con quien busquen emular lo sucedido en Nayarit en las pasadas elecciones. Un plan a largo plazo que podría darles frutos en 2030, una vez que la marca Morena alcance un desgaste similar a lo que hoy viven los partidos tradicionales.
Sin embargo, ambos gobernadores se han bajado de la contienda, quizá por el medio de que pueda convertirse en un suicidio político. Por lo que la opción de que cobijarán a Marcelo Ebrard parecía ser la más obvia hasta esta semana, cuando el aspirante presidencial de Morena, confirmó lo que se pronosticaba, su intención de retirarse del partido de su mentor Andrés Manuel López Obrador, anunciando sorpresivamente la posibilidad de encabezar un nuevo movimiento nacional buscando convertirse en partido político.
Marcelo Ebrard es un viejo lobo de la política nacional y al igual que su colega Dante Delgado, sabe que esta elección ya está perdida, por lo que apuntalar a 2030 es la verdadera contienda en la cual podría consolidar una nueva marca, con un discurso visceral en contra de los partidos tradicionales y de a quienes acusará de corromper el obradorismo, esta nueva ideología que seguramente será la base de su movimiento, así como en Argentina existe el kirchnerismo.
La figura del excanciller en la boleta como independiente seguramente significará un mayor golpe en para la votación final de Morena que para la propia oposición, sin embargo, este no representará mayor problema para una elección de dos. No obstante, al tener a dos mujeres como las principales candidatas en la elección presidencial, nos dará por primera vez algo que llamaremos el voto machista, que en términos simples definiremos como la votación que harán los hombres y mujeres educados con altos valores patriarcales, cuya naturaleza se irrita al verse gobernado por una mujer.
Pero en este mundo de terceras opciones Marcelo Ebrard no será el único que busque acaparar este voto. Curiosamente, un amigo del propio Javier Milei ya se ha registrado en México como candidato presidencial independiente. Eduardo Verástegui, actor y productor de cine, hoy se ha convertido en la personificación de la ultraderecha mexicana.
Amigo personal de Donald Trump, quien más de alguna ocasión lo ha proyectado como el futuro presidente de México, buscará también sentarse en la silla grande, apoyados por líderes religiosos y empresariales que podrían encontrar simpatías con su proyecto, como el propio Ricardo Salinas Pliego, dueño de la televisora TV Azteca, que busca convertirse en la cara libertaria del país.
Al igual que Movimiento Ciudadano y Marcelo Ebrard, Verástegui podrá medir el éxito de su postulación si logra aparecer en la boleta y consolidar su figura como un político serio de ideas radicales. Buscar enervar al establishment mexicano con una ideología apegada a los valores religiosos y de rechazo a diversas posturas, como la legalización del aborto, que impulsan las agendas de sus principales rivales como son los emecistas y el propio excanciller.
EN DEFINITIVO… De nueva cuenta, como en la Fórmula 1, también a mitad de tabla hay carrera y sin duda será muy interesante ver el desarrollo y confrontación de las distintas ideologías que las alternativas políticas del país van ofrecer en 2024, mientras esperan su oportunidad de estar en la cima del podio en la próxima década.