Por Salvador Cosío Gaona
Para muchos resulta una paradoja que mientras Argentina atraviesa su peor crisis económica en dos décadas, haya sido el actual ministro de Economía y su partido -Unión por la Patria- quienes resultaron triunfadores, en una jornada electoral en la que participaron cerca de 26 millones de votantes.
Contra casi todos los pronósticos, el candidato peronista Sergio Massa venció a su rival libertario Javier Milei en la primera vuelta de las elecciones presidenciales argentinas celebradas este domingo.
Con el 98% del voto escrutado, Massa obtuvo el 36,6% de los votos, por delante de Milei con 30% y de Patricia Bullrich, quien con poco más de 20% quedó fuera de la carrera presidencial.
Se trata de un resultado que desafía la mayoría de las encuestas preelectorales que habían previsto una victoria del candidato libertario, que a menudo es comparado con políticos como el estadounidense Donald Trump y el brasileño Jair Bolsonaro.
Pese a que la inflación alcanzó los tres dígitos por primera vez desde 1991, a que la pobreza afecta al 40% de la población y a que el salario mínimo argentino ha pasado a ser uno de los más bajos de América Latina, la sorprendente fuerza de los peronistas, que han ganado 10 de las últimas 13 presidenciales, volvió a vencer las expectativas.
A la espera de la segunda vuelta, prevista para el próximo 19 de noviembre y en la que se enfrentarán dos modelos totalmente opuestos, en esta colaboración se detallan 3 claves que explican el triunfo del centrista Sergio Massa.
1. Peronismo como fuerza política
Desde que Juan Domingo Perón llegó al poder por primera vez en 1943, su movimiento, que él llamó justicialismo y que hoy todos llaman peronismo, ha dominado la política argentina.
Casi medio siglo después de la muerte del mundialmente conocido político y militar argentino, el peronismo sigue en el poder y ha gobernado 16 de los últimos 20 años.
“Aunque nos derriben mil veces, mil veces volveremos”, reza una famosa frase de Perón.
Cualquiera que haya seguido la política argentina por algún tiempo, puede constatar que esto último es exactamente lo que ha pasado a lo largo de la historia.
El peronismo ha logrado resurgir, muchos dirían que más fortalecido, tras todas las crisis que ha atravesado. Su capacidad de transformarse y adaptarse a veces parecen ser más potentes que su mensaje y sus ideologías.
En un artículo en el diario La Nación, el columnista Carlos Pagni indicó que “el mayor auxilio para Massa llegó desde la oposición, que no logró exponer ante la ciudadanía una obviedad: que el candidato del oficialismo era el candidato del oficialismo”.
“Pero esto también fue mérito de Massa, quien se mostró al mismo tiempo como representante y alternativa al gobierno que él integra”, añade Matías Zibell, periodista de BBC Mundo y experto en política argentina.
Según analistas, esto explica que el peronismo siga vivo, pese a que recientemente no ha pasado por sus mejores años.
Orlando D’Adamo, un experto argentino en opinión pública y psicología política dice que el peronismo logró recuperar el poder de su aparato partidario, lo que se notó sobre todo en el interior de Argentina.
2. “Temor” a un candidato radical
Un estudio del Observatorio de Psicología Social de la Universidad de Buenos Aires investigó en septiembre las razones que impulsan a los votantes a elegir a sus candidatos de cara a las elecciones.
Un 52% de los 5.533 encuestados aseguró que votaría por Sergio Massa porque “Javier Milei o Patricia Bullrich generan temor”.
El candidato de La Libertad Avanza -una coalición ultraconservadora que fue fundada hace dos años-, Javier Milei, se ha proclamado “anarcocapitalista” y “enemigo del Estado”.
Dentro de sus medidas que muchos califican como “demasiado” radicales, están la dolarización de la economía, mediante una “competencia libre de monedas”, así como la eliminación del Banco Central y una drástica reducción del tamaño Estado, suprimiendo ministerios, eliminando obra pública y privatizando las empresas estatales.
“El Estado sólo debe estar a cargo de la seguridad y la justicia”, afirma Milei.
El plan del candidato es romper con todo para convertir a Argentina en una “potencia mundial”.
Socialmente, Milei tiene opiniones que muchos califican de contradictorias: se opone al aborto y apoya el porte de armas, pero defiende el matrimonio homosexual y la legalización de drogas.
También niega el cambio climático.
En una entrevista reciente con el periodista estadounidense Tucker Carlson, afirmó que el cambio climático formaba parte de la “agenda socialista”.
Pese a que su discurso radical lo posicionó como favorito en las encuestas, en esta primera vuelta de las presidenciales no logró convencer a la mayoría del electorado.
Algunos analistas de mercados también ven de manera positiva el triunfo de Massa porque alivia temores sobre una posible devaluación del peso argentino, tras la promesa de Milei de dolarizar la economía y acabar con el Banco Central.
Según aseguró el analista Salvador Vielli a la agencia Reuters, el resultado puede además aliviar la fuga de dólares.
3. Subsidios y privatizaciones
Algunos expertos estiman que las ideas de Milei de privatizar los trenes y eliminar subsidios de gas y electricidad o rehacer los sistemas públicos de salud y educación también le costaron votos.
Para finales de 2022, más de la mitad de la población de Argentina, exactamente el 51,7%, vivía en hogares que reciben algún tipo de asistencia económica del Estado, según datos elaborados por la Encuesta de la Deuda Social Argentina EDSA Bicentenario (2010-2016), EDSA Agenda para la Equidad (2017-2025) y el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA).
“En caso de que Milei lleve adelante sus planes de eliminar subsidios y privatizar sectores claves de la economía, mucha gente teme quedarse en la calle y sin acceso a sanidad pública y a la educación”, explica el periodista Matías Zibell.
Los seguidores de Massa supieron sacarle provecho a este miedo.
Algunos miembros del gobierno argentino participaron en la campaña, invitando a los votantes del candidato ultraliberal a renunciar voluntariamente al subsidio estatal a boletos de autobuses y trenes.
“El que vota a Milei debería bajarse del subsidio”, señaló el ministro de Transporte, Diego Giuliano.
La renuncia al subsidio significaría, por ejemplo, que un billete de tren que actualmente cuesta 33,2 pesos argentinos (US$0,09), pasaría a costar 1.100 pesos (US$3).
Pese a la victoria de Massa en esta primera vuelta, los analistas concuerdan en que cualquier cosa podría pasar el próximo 19 de noviembre.
“Dos tercios de los argentinos votaron por el cambio”, calculó Milei y añadió que está dispuesto “a barajar y dar de nuevo para terminar con el kirchnerismo (facción del peronismo que lidera Cristina Fernández de Kirchner, actual vicepresidenta)”.
Pero los votantes de Patricia Bullrich (23,8%), quien también prometía un cambio, no necesariamente optarán por Milei en la segunda vuelta.
Aunque Bullrich criticó a Massa luego de que se dieron a conocer los resultados, acusándolo de que formar parte del “peor gobierno de la historia argentina”, no apoyó expresamente a Milei.
Mientras el candidato libertario trata de atraer a aquellos argentinos que buscan un cambio radical, Massa, como representante del establishment político, busca perfilarse como el candidato de la seguridad.
“Mi compromiso es construir reglas claras frente a la incertidumbre”, indicó el domingo a sus seguidores.
El próximo 19 noviembre sabremos cuál mensaje logra convencer a una mayoría.
*Con reportaje del periodista Gerardo Lissardy.
@salvadorcosio1