Envuelto en una cobija de color verde, camina sin rumbo fijo por las calles de la ciudad de Tepic un joven que luce barba cerrada y pies descalzos.
Dice llevar por nombre Ismael Robles González y asegura que tiene 30 años de edad. No recuerda dónde nació, pero dice que aquí vive. Cuando le preguntamos sobre la identidad de sus padres, contestó que no tenía. Le preguntamos sí ya habían fallecido y respondió que no sabía.
Aseguró que de niño él no fue a la escuela, pero tampoco sabe si tiene hermanos o familiares aquí en la ciudad de Tepic.
Comentó que no consume ningún tipo de droga, pero mientras dialogamos con él percibimos un gran tatuaje en su pecho que le llega hasta la altura del cuello, tal vez es un símbolo de su tormentoso pasado.
Al preguntarle qué comía, el joven Ismael respondió que se alimenta de lo que transeúntes le ofrecen mientras camina por las calles.
Cuando le cuestionamos cómo y dónde pasaría esta Navidad, respondió: “Yo no sé qué es eso, no sé de qué me hablas”.