Por Heriberto Murrieta
¿Cuál fue el mejor momento de tu carrera?, le pregunté a Vinicio Castilla en la cabina del programa de ESPN Radio Fórmula.
Después de meditar unos segundos, Vinicio dio una respuesta inesperada: “Fue cuando recibí el boleto de avión para viajar a Estados Unidos a incorporarme a las Grandes Ligas. Yo nací en Oaxaca, un estado poco beisbolero, y las probabilidades de llegar a un equipo de las Mayores eran realmente bajas”, recordó el toletero, para luego evocar con nostalgia la forma en que su padre lo introdujo en el rey de los deportes.
Con base en la constancia y sus enormes cualidades, Castilla fue escalando hasta convertirse en un pelotero de relieve que participó en varios juegos de estrellas.
Al interrogarlo sobre quién ha sido el mejor beisbolista mexicano en la historia de las GL, no dudó ni un segundo en afirmar que se trata de Fernando Valenzuela, el bienamado lanzador sonorense que se contoneaba lenta y pesadamente al caminar hacia el montículo, antes de ejecutar sus proverbiales “pichadas” de tirabuzón en los años ochenta del siglo pasado.
Sin ínfulas, sencillo y ubicado, Vinicio también habló sobre su afición por el América y sus gustos musicales.
Castilla es el máximo jonronero mexicano en la historia de las Grandes Ligas. 320 batazos de vuelta entera a lo largo de 14 temporadas. Tras empezar en las ligas pequeñas de Oaxaca, cumplió su sueño de llegar al mejor beisbol del mundo.
Como tercera base, defendió las franelas de los Bravos de Atlanta, Rockies de Colorado, Rays de Tampa, Astros de Houston, Nacionales de Wahington y Padres de San Diego.
Actualmente radica en Denver y trabaja como asistente de la gerencia de los Rockies. Vinny Castilla, orgullo del deporte mexicano.
