“Hay senderos que no deben ser recorridos, ejércitos que no deben ser atacados, fortificaciones que no deben ser sitiadas, terrenos que no deben ser disputados…”
Sun Tzu
Por Ernesto Acero C.
Ya se escucha la publicidad que le apuesta a poner en mal al Gobernador Navarro Quintero. Es un error publicitario y seguramente será un vasto fracaso. No obstante que recibió un estado en franca involución ha respondido a la gente. No ha sido un gobierno como los demás.
El Gobernador ha hecho de todo su gobierno un programa social. Desde cualquier ámbito de la administración, se actúa con solidaridad, con sincero compromiso para que la gente pueda vivir mejor. En ese contexto, una publicidad que ataca lo que la gente aplaude irremediablemente está condenada al fracaso, a una reacción con redoblada fuerza, pero en sentido contrario.
En el ámbito local, muy cerca está el inicio de las campañas electorales para atraer votos en favor de candidatos a cargos públicos. Los ataques en lugar de las propuestas ya están a la orden del día en el proceso electoral federal. En la elección presidencial los ataques contra el Presidente se registran un día y al siguiente también. Los ataques contra el Gobernador Miguel Ángel Navarro son de esperarse en el proceso electoral local. Los ataques contra las dos figuras políticas de mayor relevancia, seguramente no rendirán los frutos que esperan las oposiciones.
Los malos publicistas se atienen solamente a promover la discordia a partir de errores del gobierno. Esa lógica se extiende a las vulnerabilidades de los contrincantes, contra los que se dirigen ataques ad hominem. Solamente que las pajas en los ojos de unos, están muy lejos de pesar lo que pesan las vigas en los ojos de los que atacan.
¿Qué pueden decir los que tienen a ex gobernadores tras las rejas o a salto de mata? ¿Qué pueden decir los que tienen a sus creaciones, a ex Fiscales o a ex secretarios de seguridad, tras las rejas en los Estados Unidos? Pero no basta solamente con evaluar o hablar de esos que podríamos considerar errores humanos.
Antes de seguir con este razonamiento, resulta necesario distinguir entre lo que es publicidad y lo que es propaganda. La publicidad es la publicación de las virtudes de un producto, de una mercancía, para convencer al consumidor de la conveniencia de que la adquiera, sirva o no a las personas. La propaganda es difusión de ideas, de propuestas, de todo un proyecto de sociedad. La publicidad es mercancía, la propaganda es idea.
La publicidad es mercado; la política es sociedad. La publicidad es interés personal, interés particular: la política es el interés común, de todos. La publicidad invita a consumir, la propaganda llama a pensar.
Donde no hay ideas, lo que se impone es la publicidad. De pronto vemos que en la escena electoral aparecen rostros de personas que toda la vida se han mostrado ajenas a la cosa política. Una y otra vez, vemos como algunas personas adquieren a elevados precios, candidaturas a cargos de elección popular. Saben que no van a ganar votos, pues son personas desconocidas, personas nunca a han servido a la gente, sino que se han servido de los demás. En esos casos, es notoria el ansia de protagonismo, pues se sienten como pelusas de otoño, gente que carece de importancia al modo de Ánimas Trujano, ese personaje de la película del mismo nombre, creado por Rogelio Barriga.
Esa combinación resulta ser una fórmula que solamente por las leyes del caos podría tener éxito. Esa combinación, la de personas que toda su vida han sido ajenas a la política y que ahora ostentan candidaturas a cargos de elección popular, más publicistas ajenos a las ideas políticas, en el contexto actual son receta para el fracaso.
Los publicistas tienen de manera simplona, no simplista, la convicción de que se deben atacar a las principales figuras políticas del país o del estado. En este caso, esa es la razón por la que el mandatario estatal, el doctor Miguel Ángel Navarro Quintero ha empezado a ser blanco de ataques. Esos ataques ya se han registrado en reuniones públicas y privadas, aunque en su mayor parte se dan en las esferas privadas.
Ese, el odio, la furia, es la “quintaesencia” de la publicidad que tiene como objetivo enfurecer a la población para que voten por ellos. No obstante, ese discurso, el que siembra odios en los electores, seguramente les será contraproducente. La razón de ese efecto bumerán, es que ellos son los creadores de personajes que hoy andan a salto de mata, o evadiendo con lagunas legales sus innumerables culpas.
El Presidente López Obrador en su ámbito y el Gobernador Navarro Quintero, han hecho del gobierno un Programa Social que se refleja en un mejor nivel de vida de amplios sectores de la población. La vida es mejor para millones de mexicanos que habían quedado en el olvido. Millones de nayaritas que habían sido ninguneados por sus soberbios gobernantes, ahora viven mejor.
Medir el sentimiento de la gente para aprovechar su propia fuerza transformadora, es la clave de la política. Eso es medible. Los encuestadores, hasta ahora, han encontrado lo que buscan. Deberían encontrar lo que la gente siente y piensa. De lo contrario, los publicistas solamente van a engañar a sus clientes. Las campañas sordas o estridentes, ya dieron inicio y los ataques ya están a la orden del día.
Es obvio que los publicistas que le apuestan al ataque sistemático contra figuras tan queridas, ya fracasaron. Es evidente que no saben nada de ideas políticas. Bueno, ni siquiera han dado una lectura rápida al Maestro Sun Tzu.
