Por Salvador Cosío Gaona
Vladimir Putin juró el martes su quinto mandato como presidente de Rusia, hasta 2030, con un llamado a sus compatriotas a vencer “juntos” en el conflicto de Ucrania, considerado existencial.
En lo que reportan medios de comunicación como una fastuosa ceremonia celebrada en el Kremlin, el mandatario de 71 años juró el cargo y pronunció un breve discurso ante la élite política rusa y a soldados que combaten en Ucrania.
“Es un gran honor, una responsabilidad y un deber sagrado”, afirmó Putin, que agradeció a los “héroes” que combaten en el frente en Ucrania desde febrero de 2022.
“Atravesaremos este periodo difícil con dignidad y saldremos fortalecidos”, declaró el mandatario.
En un momento de agudización de las tensiones con las potencias occidentales por su apoyo a Ucrania, Putin aseguró que Rusia no se niega a un “diálogo”, pero dijo que “depende de ellos”.
Rusia ordenó el lunes ejercicios nucleares en respuesta a lo que calificó como declaraciones amenazantes de dirigentes occidentales sobre un posible envío de tropas a Ucrania.
“Somos una nación grande y unida, y juntos superaremos todos los obstáculos, concretaremos todo lo planeado, y juntos, ganaremos”, concluyó Putin.
Después asistió a una ceremonia religiosa con el patriarca Cirilo, líder de la Iglesia ortodoxa rusa, un gran puntal de apoyo para su gobierno.
La mayoría de los países de Occidente boicotearon la ceremonia de investidura.
Las distintas respuestas diplomáticas de las potencias occidentales destacaron las diferencias sobre cómo tratar al líder ruso más de dos años después de que lanzara una invasión a gran escala a Ucrania.
“No, no tendremos un representante en su toma de posesión”, dijo Matthew Miller, portavoz del Departamento de Estado estadounidense. “Ciertamente no consideramos esa elección libre y justa, pero él es el presidente de Rusia y va a continuar en esa función”.
Canadá dijo que no asistiría a la ceremonia, que se celebra un día después de que Rusia anunciara el lunes que realizaría simulacros con armas nucleares tácticas que, según dijo, espera que enfríen a los “exaltados” de Occidente.
Putin obtuvo una aplastante victoria en las elecciones presidenciales de marzo, pocas semanas después de que su más destacado oponente, Alexei Navalny, muriera en la cárcel.
Los gobiernos occidentales condenaron la reelección por injusta y antidemocrática, y Ucrania tachó a Putin de arquitecto de la invasión rusa.
“Ucrania no ve motivos legales para reconocerle como presidente legítimo y democráticamente elegido de la Federación Rusa”, declaró el Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano en un comunicado.
Un portavoz de la UE dijo que el embajador del bloque en Rusia no asistiría a la ceremonia, en consonancia con la postura de la mayoría de los Estados miembros del bloque.
Un diplomático europeo dijo que 20 Estados miembros de la UE boicotearían el acto, pero que se esperaba que otros siete enviaran un representante. Además de Francia, se esperaba que Hungría y Eslovaquia asistan, según dos fuentes diplomáticas.
Putin continuará en el poder hasta 2030. Y gracias a una reforma constitucional que aprobó en 2020, puede todavía presentarse para otro mandato hasta 2036.
La investidura ocurre a dos días del aniversario de la victoria soviética contra la Alemania nazi, el 9 de mayo, fecha que ha recobrado relevancia desde el inicio de la ofensiva contra Ucrania, que Putin compara a la lucha contra el Tercer Reich en la Segunda Guerra Mundial.
La ceremonia también coincide con un momento más favorable en el frente para el ejército ruso, después de encajar derrotas humillantes en 2022, en los primeros meses del conflicto.
Las tropas rusas intensificaron su ofensiva en el este de Ucrania y han tomado varias localidades, en los alrededores de la ciudad de Avdiivka, que lograron controlar a mediados de febrero, tras una ruda batalla que duró meses.
De su lado, las fuerzas armadas ucranianas enfrentan la escasez de municiones y el desgaste de sus tropas tras su ofensiva infructuosa a mediados de 2023 y el retraso en la llegada de la ayuda de las potencias occidentales. Ahora, esperan que la aprobación de una nueva dotación de Estados Unidos a finales de abril, los ayude en el terreno.
En cambio, la industria de defensa rusa funciona a toda máquina para suministrar material al frente.
Estos son los desafíos que
afrontará Putin los próximos
seis años de mandato
El Fondo Monetario Internacional (FMI) considera que la economía rusa se ha fortalecido porque los volúmenes de exportación petrolera se han mantenido estables debido al comercio con los países no alineados con las sanciones.
Sin embargo, la inflación en 2023 se situó en más del 7% y el crecimiento de los precios de los alimentos se hace cada vez más notable no solo para los habitantes de ciudades pequeñas sino también para los residentes de la capital y otras grandes urbes.
Mantener a flote la economía y no permitir el desplome del rublo -como ya ocurriera en 2022, tras el inicio de la guerra- será uno de los retos que esperan a Putin durante los próximos seis años.
Otra asignatura pendiente será reducir progresivamente la dependencia de la industria militar, que se ha convertido peligrosamente en una de las locomotoras de la economía nacional.
Tras la muerte en prisión del líder opositor, Alexéi Navalni, considerado el enemigo número uno del jefe del Kremlin, Putin no tiene rivales dentro del país capaces de hacerle sombra o poner en entredicho su liderazgo.
Figuras destacadas de la disidencia rusa se vieron obligadas a exiliarse en el extranjero tras la aprobación en el país de una serie de leyes represoras que les amenazaban con largas penas de cárcel por criticar al poder o las acciones del Ejército ruso en Ucrania.
También los medios independientes se vieron obligados a trasladar sus redacciones al extranjero para poder informar sobre la realidad rusa y contrarrestar la propaganda.
Putin se propone seguir apretando las tuercas con el fin de impedir el resurgimiento de una oposición interna -él la llama quinta columna- que saque provecho del hartazgo con la guerra.
Tras reformar la Constitución rusa en 2020, Putin eliminó los obstáculos legales para perpetuarse en el Kremlin casi de forma ilimitada.
Tras las elecciones de este marzo, el líder ruso, de 71 años, podrá seguir gobernando hasta 2030 y, entonces, presentarse a una nueva reelección para otro mandato de seis años.
Sin embargo, en caso de que decida retirarse en 2030, Putin deberá comenzar a preparar a su delfín ya durante este mandato, algo que por el momento parece muy lejano en el tiempo.
*Con información de Reuters
@salvadorcosio1