El arte, muchas veces, se convierte en una voz de protesta, más allá de presentar lo hermoso e idílico del mundo, señalando con precisión las heridas de una sociedad. En una segunda y última entrega de la exposición titulada Ribera Mololoa: Mapeo Gráfico de la Princesa que se hizo río, realizada en el manantial de Acuña, una zona protegida del ejido San Leonel en Santa María del Oro, la destacada artista gráfica y fotógrafa Aidé Partida hizo un llamado a la conciencia ambiental. A través de su arte, instó a los presentes a reflexionar sobre la huella que estamos dejando en el medio ambiente.


Durante el trayecto hacia el lugar de la exposición, se podía apreciar la vasta diversidad del estado. Cuadrículas en el horizonte de diversos tonos de verde adornaban el paisaje, y aunque abundaban diversos cultivos, el agave parecía tomar más terreno en las tierras nayaritas. Este contraste entre la belleza natural y la intervención humana marcó el tono de la exposición, subrayando la urgencia de proteger nuestro entorno.


Con Ribera Mololoa: Mapeo Gráfico de la Princesa que se hizo río, Aidé Partida explora su conexión diaria con el río Mololoa. El proyecto surge de su experiencia cotidiana al transitar por el río, una convivencia marcada principalmente por la mala gestión ambiental. Cada día, Partida, al igual que miles de ciudadanos, enfrenta el olor desagradable del río y la frustración al pasar por la planta de tratamiento, que lleva años en mal estado y permite la descarga de aguas negras sin tratar.


La molestia de Aidé por la situación del río es palpable. “Lo cruzo en dos puntos y, desgraciadamente, todos los días se ven basuras distintas: llantas, un cúmulo de botellas de PET, muchas cucharitas de plástico, vasos de helados”. Este constante encuentro con la contaminación inspira su arte, que se convierte en un reclamo a la inconsciencia de la sociedad sobre el estado del río.


Sin embargo, el arte de Partida no se limita a señalar el problema; también destaca la riqueza natural que aún subsiste en el Mololoa. A pesar de la contaminación, el río alberga especies importantes como el venado cola blanca, la nutria y el pez endémico conocido como Pupo. Además, especies más pequeñas y raras, como la rana espalda lisa, encuentran refugio en esta cuenca. Partida utiliza su trabajo para recordar a la audiencia que el río Mololoa, a pesar de sus desafíos, sigue siendo un hogar vital para muchas formas de vida y merece ser protegido.

Para este proyecto, Aidé Partida contó con el apoyo de la ONG Centinelas del Río Mololoa, una organización sin fines de lucro enfocada en proteger el alto Mololoa, la zona donde aún habita el pez Algansea avia, mejor conocido como pupo, así como otras especies desplazadas por el avance del humano en sus hábitats naturales. Los Centinelas del Río Mololoa trabajan incansablemente para monitorear y preservar el ecosistema del río, realizando investigaciones y campañas de limpieza.


Samuel Figueroa Acosta, biólogo y miembro de los Centinelas del Mololoa, comentó: “Parte de su obra se basa en la fauna que existe en la ribera del río. Uno de los grandes propósitos es generar conciencia en la sociedad sobre un mejor cuidado del río. La fauna que existe dentro del río es la que más sufre, el pez Algansea avia o comúnmente conocido como Pupo de Tepic vivía por todo el río y ahora sólo se presenta en algunas partes. La nutria, por ejemplo, también ha sido desplazada, pero seguimos estudiando y valorando todo este conocimiento para generar algún tipo de conciencia en la sociedad”.


Figueroa destacó la importancia de la biodiversidad en el río Mololoa, señalando que especies como el pez Pupo y la nutria son indicadoras de la salud del ecosistema. Los cambios en sus poblaciones reflejan el impacto de la contaminación y la intervención humana. “La modificación del río en los años 60 ahuyentó a muchos de estos animales. Sin embargo, hemos estado trabajando arduamente para estudiar y proteger estas especies”, añadió.


Elías Alexander Arcadia Moreno, otro miembro de los Centinelas del Mololoa, agregó: “Agradezco su visita a nuestra casa, al manantial de Acuña, el nacimiento del río Mololoa. Aquí podemos apreciar la pureza del agua en comparación con su estado en Tepic y hasta su desembocadura en el río Santiago. Queremos que nuestra labor no sólo tenga un valor en cuanto a la apreciación o diversión, sino que deje una huella positiva en términos ambientales y de conservación”.


Moreno enfatizó la importancia de las actividades de conservación y educación que realizan los Centinelas del Río Mololoa. “Queremos que cada visita al río no sólo sea una experiencia visual, sino una oportunidad para aprender y concienciarse sobre la importancia de cuidar nuestro entorno”, explicó. Los miembros de la ONG han implementado programas educativos y excursiones guiadas para fomentar un mayor entendimiento y aprecio por el ecosistema del río.


La exposición Ribera Mololoa: Mapeo Gráfico de la Princesa que se hizo río no sólo es una muestra de arte, sino un grito de auxilio por un río que necesita ser salvado. Aidé Partida y los Centinelas del Río Mololoa nos invitan a reflexionar y a actuar en pro de un mejor futuro para nuestro medio ambiente. La colaboración entre el arte y la ciencia en este proyecto destaca la importancia de un enfoque interdisciplinario para abordar los desafíos ambientales.


La exposición se convierte así en un punto de encuentro para artistas, científicos y ciudadanos preocupados por el medio ambiente, mostrando que la protección del río Mololoa es una responsabilidad compartida. Partida y los Centinelas del Río Mololoa esperan que sus esfuerzos inspiren a más personas a unirse a la causa y trabajar juntos por un futuro más sostenible.

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