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lunes, septiembre 16, 2024
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Dolorosa despedida…

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Las despedidas son dolorosas y más cuando se trata del padre de familia, del esposo, del hijo, del amigo, del vecino y compañero que siempre estuvo dispuesto a ayudar a quienes así se lo solicitaban.  

Minutos antes de las 12 del día ingresó al templo de Jesús de Nazaret, el féretro que conserva los restos del agente de la policía estatal de nombre Cesar Efraín Villalobos Hernández. 

La iglesia se encontraba llena a su máxima capacidad, ahí estaban reunidos amigos y familiares del agente de la policía estatal que dos días antes había sufrido un accidente automovilístico en la autopista Tepic San Blas y al descender de la unidad para realizar las labores de señalamiento y evitar una tragedia, fue impactado por un automóvil que le segó la vida. 

Se aproximaba el momento de despedir para siempre al agente que perdió la vida en cumplimiento de su deber. 

Mientras al sacerdote del templo con el poder la palabra trataba de mitigar el dolor y sufrimiento que provoca la muerte inesperada de un ser querido, una joven mujer permanecía inmóvil en una de las esquinas del ataúd, al mismo tiempo que abrazaba a un menor de apenas nueve años de edad, ambos sollozaban. 

En las bancas del recinto religioso decenas de hombres, mujeres, jóvenes, menores de edad y adultos mayores permanecían atentos al mensaje de consuelo que a través del micrófono emitía el sacerdote de nombre Manuel. 

En el atrio del templo Jesús de Nazaret que se localiza en la colonia Tierra y Libertad decenas de agentes de la policía estatal permanecían en silencio, algunos con lentes oscuros ocultaban su tristeza por la partida inesperada de un compañero, de un amigo. 

En la calle camionetas de la policía estatal y un camión de la dependencia cargaban decenas de coronas de flores que minutos más tarde serían colocadas sobre la tumba del joven agente de la policía estatal que deja en el desamparo a su esposa y un hijo. 

Al término de la ceremonia religiosa, amigos y familiares del joven Cesar Efraín Villalobos Hernández llevaron en silencio el féretro hacia la entrada principal de la iglesia para subirlo a la carroza fúnebre que lo llevaría hasta su última morada, fue en ese momento en que  el llanto apareció en los rostros de los hombres y mujeres que llegaron a apreciar al cumplido agente de la policía estatal que perdió la vida en cumplimiento de su deber. 

Después de que la carroza fúnebre se retiró, los asistentes abordaron un camión del servicio urbano que los llevaría al panteón donde reposarán por siempre los restos de Cesar Efraín, otros más se dirigieron hasta donde se encontraban sus automóviles estacionados, unos más se retiraron a sus hogares mientras patrullas de la policía estatal con las torretas encendidas escoltaron la carroza fúnebre. 

Minutos después de las 13 horas con 40 minutos la iglesia quedó vacía, todo había terminado. 

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