El propósito de estas “palabras” consiste en ofrecer un panorama amplio de lo ocurrido en el mundo deportivo en días recientes.
Sin embargo, dada la coyuntura de las fiestas patrias, las he querido evocar en el título: insinuando la letra del Himno Nacional [Mexicanos…] y hacer mención de la contraparte [españoles], mas no mediados por un “vs” [“versus”] sino por una “y” porque como dice Ernesto Cardenal en relación con los “yanquis” ―que estos no son los norteamericanos en su conjunto― en el caso de la guerra de independencia y de otras tensiones posteriores, la lucha no fue contra los españoles en su conjunto, sino contra la dominación de la corona española…
Dejando aparte esa “otra historia”, intentaré aquí ofrecer un panorama de lo ocurrido en días recientes en algunos ámbitos del deporte desde “mexicanos y españoles”.
Poco menos que obligado comenzar por lo conseguido por la delegación mexicana en los Juegos Paralímpicos París 2024: 17 medallas [3 de oro, 6 de plata y 8 de bronce; 7 de ellas en natación, 6 de ellas en atletismo, 2 en levantamiento de pesas y 2 en taekwondo]. Gracias al número y metal de las medallas obtenidas, la delegación mexicana a los juegos ocupó el 30° lugar en un medallero encabezado por la delegación china que obtuvo 220 medallas en total [94 de oro, 76 de plata y 50 de bronce], muy por encima de las delegaciones británica [124] y norteamericana [105]. Entre los países latinoamericanos, llama la atención y merece reconocimiento el 5° lugar ocupado por Brasil con 89 medallas [25 oros, 26 platas y 36 bronces]. En cuanto a las medallas obtenidas por los mexicanos y mexicanas, se puede decir que se mantienen los números promedio desde Pekín 2008 [entre 15 y 21], pero se nota una baja en el número de medallas de oro obtenidas [3 es el número más bajo desde Atlanta 1996] y en el número total de medallas [39 en Toronto 1976; 42 en Arnhem 1980, 37 en Nueva York y Stoke Mandeville 1984 y 34 en Sídney 2000 y en Atenas 2004].
Poco antes de las fiestas ―pero ya dentro del Mes de la Patria― pudimos ser testigos del inicio de la tercera etapa de Javier Aguirre como director técnico del “Tri”. En un entorno de estadios de primer mundo con no más de la tercera parte de sus butacas ocupadas, la oncena mexicana derrotó 3-0 a un débil equipo neozelandés [parece que enviaron un equipo de rugby comentaron algunos] y, en un partido con muchas patadas [no al balón], logró alcanzar un empate con la oncena canadiense jugando ―se dijo― como “equipo chico”.
La tarde y la noche del sábado y la madrugada del domingo estuvieron llenos de “mexicanidad”:
“Entre dos luces” se disputó el llamado clásico nacional entre “los millonetas” [así se les denominaba en la década de los 60] del América y el “mexicanísimo” Guadalajara, el cual concluyó con el triunfo 1-0 del “peor América de los torneos recientes” ante la falta de contundencia de la oncena rojiblanca que desperdició varias oportunidades manifiestas de gol y permitió a su “acérrimo rival” salir del pozo en que había caído la semana anterior al ser goleado por los cementeros que, después de 7 partidos disputados ocupa el primer puesto, fruto de 5 victorias y dos empates.
Una vez concluido “el clásico”, la atención de los fanáticos de los deportes se dirigieron al T-Mobile Arena de Las Vegas, para ser testigos de la 22ª defensa del Canelo Álvarez de los títulos que ostenta. Una pelea que se pronosticaba que terminaría por nocaut se prolongó hasta los 12 rounds porque el boxeador tapatío fue incapaz de noquear y su rival ―Edgar Berlanga― tuvo un desempeño mejor de lo esperado y mostró una resistencia nada despreciable. En medio de todo, quizás lo más relevante de esa noche fue el lleno en la arena, el apoyo al siempre controvertido Canelo y el entusiasmo con que los asistentes acompañaron la interpretación del Himno Nacional el cual, de nueva cuenta, sufrió alteraciones en su [bélica] letra.
“Antes de romper el alba”, el piloto mexicano Sergio Pérez ―quien había dado muestras de una mejora significativa en su desempeño en las prácticas y en la clasificación― estuvo cerca de volver al podio después de no hacerlo desde el Gran Premio de China en el mes de abril, pero no pudo hacerlo al ser embestido por el auto de Carlos Sáinz [¡español tenía que ser!], con lo que ambos quedaron fuera de una competencia en que el joven piloto australiano Oscar Piastri se alzó con el triunfo y en el que la escudería McLaren subió al primer sitio del Campeonato Mundial de Constructores de Fórmula 1, desplazando a Red Bull…
Esta breve referencia a Carlos Sáinz, abre la posibilidad de transitar de “mexicanos” a “españoles” dejando apenas mencionado a los mexicanos-europeos, es decir, a los futbolistas que compiten en ligas europeas: Raúl y Edson, Santiago, Johan y Paco Memo [quien, por cierto, debutó en su sexto equipo y en su quinta liga en tierras europeas].
Para empezar, dos españoles: Pep Guardiola y Mikel Arteta [aunque no estoy del todo seguro que se consideren del todo como tales siendo aquel de origen catalán y este de origen vasco]. El Manchester City ―dirigido por Pep y con Erling Haaland anotando goles por racimos― parece encaminarse a su quinto título consecutivo en la Premier League inglesa, mientras el Arsenal de Arteta se mantiene a 2 puntos de distancia y parece que, de nuevo, no le alcanzará para quitarle la corona a los ciudadanos.
En La Liga [el campeonato español] el Barcelona, bajo la dirección del alemán Hansi Flick ha tenido un inicio ―tan extraordinario como inesperado― con 5 triunfos que le ubican en el primerísimo lugar, hace soñar de nuevo a los fanáticos culés y fortalece su esperanza de verles arrebatar a los “neo-galácticos” del Madrid ―con todo y Kylian Mbappé― el campeonato y, por qué no, la “Champions”. Parece demasiado pronto para echar las campanas a vuelo, pero no se puede negar que han tenido un arranque muy potente a la vez que lejano del tiki-taka que llegó a ser su sello identitario y fuente de los mejores años de su historia.
¡Veremos y diremos! Decía YSQ.