La semana anterior, el centro de atención de muchos aficionados a los deportes se dirigió a tres eventos: 1. El clásico que algunos suelen llamar “mundial”, aunque en realidad se trata del clásico de “La Liga”, es decir de la primera división del futbol español; 2.El Gran Premio de la Ciudad de México de la Fórmula 1 y 3.El inicio de una Serie “Mundial” [así, entre comillas, porque, si bien se trata de la serie final del que se puede considerar el mejor beisbol del mundo, no es sino la serie final de la Liga Americana y la Liga Nacional en que está dividido el beisbol del máximo nivel [de ahí la denominación de “Grandes Ligas”] en los Estados Unidos de América.
Ahora bien, entre las muchas maneras en que estos eventos pudieran ser abordados, se me ocurrió una que, difícilmente, se le ocurrirá a alguien más y que tiene su fuente de inspiración en una de las obras clásicas de Miguel León-Portilla: “La visión de los vencidos”. De ahí que, en el título de estas “palabras” no aparezcan los vencedores, sino los vencidos. En este caso, el Real Madrid, el “Red Bull Racing Team” y los Yanquis de Nueva York quienes “mordieron el polvo” ante el Barcelona, Ferrari y McLaren y los Dodgers de Los Ángeles…
El “clásico mundial” ―como suele hacerlo― despertó expectativas desde tiempo atrás y esa expectativa creció significativamente después de que ambos contendientes consiguieron sendas goleadas, ni más ni menos que contra el Bayern de Múnich y el Borussia de Dortmund.
Aunque el inicio de temporada del conjunto catalán ha sido mucho mejor que el de la oncena merengue, las apuestas daban como favorito al Real Madrid porque el partido se disputaría en el “Bernabéu”, así como por el contraste entre la experiencia de los jugadores del Madrid y la juventud de los culés…
Sin embargo, después de un primer tiempo en que los pupilos de Ancelotti se mostraron relativamente superiores aun siendo incapaces de aprovechar las oportunidad de gol que generaron, en el segundo tiempo, la oncena catalana, por medio de Robert Lewandowski, anotó su primer gol al minuto 54 y el segundo, solo dos minutos después.
El Madrid intentó “regresar al partido” como lo ha hecho tantas veces, pero un tercer gol de los blaugrana al minuto 77 anotado por Lamine Yamal y otro más de Raphinha al 84 acabaron de poner clavos en el ataúd de los madridistas cuya gran adquisición ―el francés Kylian Mbappé― contabilizó ocho de los once fuera de lugar en que cayó el equipo anfitrión ante la precisión con que los discípulos de Hansi Flick manejaron la defensa en línea y aplicaron el exitoso sistema que ha implantado desde su llegada, un sistema bastante alejado del “tiki taka” que le diera tantos triunfos.
Con estos triunfos tan contundentes, el Barcelona hace crecer las expectativas de que pueda conseguir el campeonato de La Liga y pelear seriamente en la nueva versión de la “Champions”…
La reedición de una Serie “Mundial” entre Dodgers y Yanquis después de 43 años de no darse despertó también una expectativa grande que creció exponencialmente al conocerse la noticia del fallecimiento de Fernando Valenzuela, el lanzador mexicano que, precisamente, ese ya lejano año de 1981 ganó el premio al Novato del Año, el trofeo Cy Young que se otorga al mejor lanzador de la temporada, consiguió el triunfo que llevó a su equipo a la Serie “Mundial” y que, ganando ―“a duras penas”― el tercer partido de la serie ―después de dos derrotas consecutivas de los Yanquis― inició el camino que llevaría a los angelinos a vencer a los “Bombarderos” en seis juegos y, con ello, a ganar, por tercera ocasión, una Serie “Mundial” frente a unos Yanquis que ya le habían derrotado en ocho de diez ocasiones que se habían enfrentado.
Esta vez, el inicio de los “sucesores” de Valenzuela, no podía ser mejor…
El primer juego, celebrado después de un sencillo y emotivo homenaje al “Toro de Etchohuaquila” [que vendría a complementar el espectáculo con drones que se presentó la noche que se retiró su número 34], se decidió a favor de los Dodgers en la décima entrada, a la que habían llegado con un empate a dos carreras. Diversos analistas consideran que el camino a ese triunfo lo abrió el manejador de los Yanquis al dejar en manos de Néstor Cortés ―un lanzador que tenía varios meses sin lanzar― la responsabilidad de conseguir los dos “outs” que faltaban, en vista de los cual dio una base por bolas intencional y enfrentó a Freddie Freeman buscando una “doble matanza”, siendo que lo que consiguió fue que le conectara un cuadrangular con las bases llenas, es decir, un “gran slam”.
El Gran Premio de la Ciudad de México, por su parte, fue ocasión de una dolorosa derrota para la escudería Red Bull que descendió al tercer lugar en el Campeonato Mundial de Constructores, por debajo de McLaren y Ferrari, a la postre, el vencedor esta ocasión al conseguir dos lugares en el podio: el tercero, con Charles Leclerc y el primero, con Carlos Sainz [de quien, en este contexto de confrontación con España, se podría decir que “conquistó” (el Gran Premio de la Ciudad de) México].
Lando Norris con la obtención del segundo lugar, sumó 18 puntos que disminuyen en diez la distancia que le separa de Max Verstappen, quien esta ocasión solo pudo obtener un sexto lugar [8 puntos], debido, en parte, al castigo de veinte segundos que recibió por dos acciones poco deportivas en contra del piloto de McLaren quien amenaza cortar la racha de campeonatos obtenidos por el piloto holandés, aunque parece algo remoto que lo consiga.
Más allá del décimo séptimo lugar ocupado por “Checo” y del sexto conseguido por Verstappen, la crisis de la escudería austriaca es evidente y en ella desempeña un rol importante el RB-20 cuya puesta a punto no han podido conseguir hace meses, en contraste con las mejoras relevantes de McLaren y Ferrari.
En ese contexto, no llama demasiado la atención ver a Verstappen y “Checo” en el primero y el octavo lugar del campeonato de pilotos y que en los lugares restantes se encuentren Norris, Leclerc, Piastri, Sainz, Hamilton y Russell…