Desde el 5 de marzo, un incendio en San Gregorio, Acaponeta, ha mantenido en vilo a brigadistas y habitantes de la zona. Tras días de lucha incansable, finalmente, al corte del 19 de marzo, las autoridades reportan que ha sido liquidado en un 90 por ciento, según indica el Monitor de Tarjeta Diaria de Incendios, que también enfatiza las 505 hectáreas consumidas por dicho incendio.
Sin embargo, el respiro duró poco, el 18 de marzo, dos nuevos incendios se sumaron a la lista de tragedias ambientales en Del Nayar, afectando Pueblo Nuevo Alto y Cumbre del Duraznito, esta última dentro de la Cuenca Alimentadora del Distrito Nacional de Riego 043, un área natural protegida.
El panorama no es alentador. De acuerdo con el informe de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), hasta el 13 de marzo, Nayarit acumulaba dos mil 287.94 hectáreas consumidas por el fuego en tan sólo 10 incendios, posicionándose como el quinto estado con mayor superficie afectada a nivel nacional. Para dimensionar la tragedia, esta cifra equivale a casi la mitad de la extensión de la Tovara, en San Blas, un santuario natural de manglares.
Los incendios no son una novedad en el estado. Desde 2020, según los reportes de la Conafor, Nayarit ha figurado entre las entidades con mayor afectación por el fuego. Y aunque en 2024 se registraron menos incendios y una superficie quemada menor que en 2023, la voracidad de las llamas fue mayor. El promedio de hectáreas consumidas por incendio aumentó un 8.64 por ciento, lo que significa que cada siniestro ha sido más devastador que en años anteriores.
Las causas varían, el cambio climático, la sequía y las actividades humanas irresponsables juegan un papel crucial, ya que 9 de cada 10 incendios son provocados.