El Paquete Económico 2026 de México exhibe riesgos latentes pese a la disciplina fiscal proyectada, debido a la fuerte dependencia en el consumo interno y los ingresos petroleros. Así lo advirtió Antonio Di Giacomo, analista de mercados financieros para LATAM en XS.com, en entrevista a NotiPress.
La política presupuestaria busca mantener estabilidad ante los mercados internacionales, respaldada por la reciente decisión de S&P Global de mantener la calificación soberana en «BBB» con perspectiva estable. Para Di Giacomo, «S&P Global acaba de reafirmar la calificación soberana ‘BBB’ de México con perspectiva estable, lo que refleja la confianza en que los indicadores fiscales se estabilizarán gracias a unas políticas disciplinadas«. Sin embargo, el menor margen fiscal reduce la capacidad de respuesta frente a posibles crisis económicas.
De este modo, el analista señaló que los ingresos proyectados para 2026 dependen en gran parte de la recaudación del impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) y de la producción de petróleo. Bajo este escenario, expresó que el panorama «parece bastante vulnerable, dada su dependencia del consumo boyante y de los ingresos relacionados con el petróleo«. Una caída en ventas de combustibles, alcohol o bebidas azucaradas afectaría de inmediato la recaudación, mientras un retroceso en precios internacionales de hidrocarburos impactaría las finanzas públicas.
Así, el presupuesto reorienta recursos hacia proyectos energéticos y programas sociales, pero ajusta sectores sensibles. El Instituto Nacional Electoral y la Secretaría de Seguridad registrarán recortes de entre 17% y 18%. Cultura, desarrollo urbano y salud también verán reducidas sus asignaciones. En contraste, el Ministerio de Energía recibirá un aumento cercano a 86% y Pemex incrementará su financiamiento en 7,7%. Además, se destinarán más de mil millones de pesos a programas de bienestar social.
Sobre expectativas de crecimiento, Di Giacomo recordó la diferencia entre metas oficiales y previsiones de organismos internacionales. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima un PIB de 1,4% para 2026, mientras la OCDE y el Banco Mundial sitúan la expansión en 1,1%, cifras inferiores a los objetivos del gobierno. Esta brecha podría afectar ingresos tributarios y elevar el déficit si no se cumplen los supuestos del paquete.
A pesar de la vulnerabilidad identificada, el entorno internacional encuentra atractivo en México. Di Giacomo subrayó que «México ofrece uno de los diferenciales de rendimiento más altos entre los mercados con grado de inversión, lo que atrae a los inversores globales hacia sus bonos y su moneda«. En la primera mitad de 2025, la inversión extranjera directa superó los 34 mil millones de dólares, impulsada por nearshoring y estabilidad política.
Finalmente, la advertencia de Di Giacomo coloca en el centro del debate la fragilidad de un plan que combina austeridad con fuertes apuestas en energía, bienestar social y recursos derivados del petróleo, al tiempo que depende de variables externas poco controlables.