“No tengo ninguna duda, que la fe, es una palabra ordinaria, común de todos los diccionarios. A la cual solemos siempre traducirla en nuestra mente, en nuestro inconsciente o en las acciones de la vida diaria, con contenido puramente religioso. La relacionamos con la acción y esperanza de lo trascendente, de lo divino, de lo espiritual.” Literatura sobre el tema.
ES EN ESENCIA
En nuestro acontecer diario, ciertamente aparece y suele ser.
Creencia.
Confianza.
Convicción profunda.
Seguridad que generalmente tenemos en una persona.
Doctrina religiosa, ideológica, política o de otro tipo.
Manejada muchas veces hacia un santo o una deidad.
ES ALGO ESPECIAL
En esa vida diaria, suele ser para nosotros algo que no necesita pruebas. Por lo cual queriendo o no, entramos al terreno de la teología. Un terreno muy propio del cristianismo, que se vive en una enorme parte de nuestro mundo. Pero que también se maneja en otras creencias religiosas.
Habiendo incluso, partidos políticos, con tendencias autoritarias, que machacan esa idea de fe, en sus doctrinas, manejos o líderes políticos. Quienes pretenden implantar esa semilla de fe, desde que ellos llegaron a la vida política. Desde que formaron una corriente ideológica y política. O desde que ganaron una elección.
ESTA ES LA FE
La entendemos y manifestamos como una obediencia.
Alineada con los sentimientos religiosos.
Es algo que no requiere de investigación, ni de comprobación empírica.
Como también comentamos, a veces nos la quieren troquelar – sellar o imponer- en el ámbito político.
LA COMPROBACIÓN EMPÍRICA
Conocida también como comprobación científica.
Es el proceso científico de validar o refutar una hipótesis.
O una teoría.
Mediante recolección y análisis de datos.
Obtenidos en el mundo real, mediante experimentos controlados.
Basados en la experiencia y en las evidencias tangibles.
PERO TAMBIÉN
Pero también, existe la acepción, el significado del mundo normal, que es verdad y también hay que tomar en cuenta.
Como confianza.
O seguridad.
En un lenguaje que ya no es teológico. Ya no es, por tanto, religioso.
Es la confianza y seguridad que me tengo a mi mismo en los estudios, en los negocios, en el deporte, en mi presentación personal.
En mi familia y en cada uno de sus miembros, conociéndolos a todas y a todos, con sus virtudes, fallas y actitudes.
En lo que trato o compro. En lo que veo en los aparadores, en las tiendas, en internet.
ES COMPROMISO
Tiene igualmente el sentido o significado de compromiso, de acuerdo a las evidencias que recogemos con el paso del tiempo, sobre nuestro comportamiento y el ajeno. Incluso de instituciones.
Le tengo fe a un proveedor, que ha sabido cumplir conmigo, mi familia o con mi negocio.
Al banco, que no ha fallado en los compromisos con mis manejos económicos o financieros.
En esa visión también está mi peluquero.
A mi mecánico.
ES POR ESO
Es por eso, que en la ciencia.
En la investigación.
O en la vida diaria.
No hay que darle a la palabra FE, sólo la connotación religiosa. No verla como una palabra de devocionario, de iglesias, de credos religiosos. O incluso de personajes trascendentes, santos o no. Ni como una palabra espiritual solamente. Diario, creo, debemos de ampliar nuestra mente sin miedos o temores. Sin cuidados con el “qué dirán”, a lo “impropio” o al “juicio de los demás”. Pensar y actuar así, sanamente, es no aceptar rigidez en las palabras. La fe, mueve montañas de milagros religiosos y en nuestra vida diaria, cotidiana, ordinaria.
