Por Juan Alonso Romero
El poder judicial del México Independiente, se ciñó al modelo de la Constitución Española de Cádiz de 1812. Encontrando luego, en la constitución de 1824, la toma del modelo Norteamericano, de una República Democrática, Representativa y Popular. Con la estructura de gobierno, consistente en tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, que aún prevalece. Esa secuencia, continuó en toda la historia de México en esencia, hasta la fecha.
EL PODER JUDICIAL NO ES DE ELECCIÓN POPULAR
Las figuras de la Democracia Representativa y Popular, son de elección mediante voto de los ciudadanos, que están inscritos en el padrón de electores. Este sistema se conoce como democrático. Al no ser de elección los magistrados, su nombramiento que es legal, no sigue, sin embargo, el proceso de la democracia representativa. Si no, que a través de una terna que envía el Ejecutivo normalmente al poder legislativo, es como estos llegan al poder judicial. Luego internamente, en elección entre los mismos magistrados, es como normalmente, se designa a quien será el Presidente del Tribunal e igual, Presidente del Consejo de la Judicatura.
NUEVA MGISTADA PRESIDENTA
En sesión especial, fue elegida de manera unánime como Presidenta del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura, la magistrada Rocío Esther González García. Quien en su mensaje de toma de posesión, hizo un reconocimiento al Presidente saliente, magistrado Ismael González Parra. Luego, por decisión del Pleno, se adscribió al magistrado Ismael González Parra, a la Sala Civil del mismo Tribunal.
LA APORTACIÓN DE LAS MUJERES
La nueva magistrada Presidenta, en su mensaje que dio inicio a su mandato, destacó la contribución de las mujeres en el desarrollo social e institucional. Diciendo: “Aquí está una mujer que como muchas otras se suma a esta parte de la historia construida en común con los valores y principios de la carrera judicial; esto es, buscar actuar siempre con imparcialidad, objetividad, honestidad y profesionalismo, fortaleciendo día a día el ejercicio eficaz y responsable de nuestra función”.
EQUIDAD DE GÉNERO
La magistrada Presidenta, reconoció a todas las mujeres. Con su participación en diferentes ámbitos, como lo son senadoras, diputadas, presidentas municipales, rectoras, regidoras, magistradas y demás mujeres en funciones de responsabilidad. Remarcó, que estas, con su capacidad, contribuyen a formar una mejor sociedad, libre de prejuicios, de estereotipos e impulsan con su decisión la igualdad sustantiva y la equidad de género.
SU CARRERA JUDICIAL
Ella inició su carrera judicial, hace 31 años. Siendo primero notificadora, luego, secretaria de acuerdos. Fue también secretaria de estudio y cuenta, jueza por ministerio de ley. Secretaria de acuerdos del Consejo de la Judicatura. Secretaria General de Acuerdos del Tribunal. Magistrada. Ahora, Presidenta.
LA CONSTANTE ES EL CAMBIO
Este nombramiento, se inscribe en las decisiones que, en los tres niveles de gobierno de México, suelen tomar las instituciones, en la renovación de sus mandos. Siendo estos, sin especulaciones, ni conflictiva alguna, cambios institucionales, que están cimentados en el Estado de Derecho. Es decir, donde hay leyes que los fundamentan y los hacen posibles, los autorizan. Permitiendo un tránsito apegado a derecho y votado por la mayoría de los magistrados. En este caso particular, por unanimidad. Sin dejar ninguna duda, reclamo o conflicto de ningún tipo. Ese es el sistema de Derecho, donde el Estado y sus Instituciones, sólo hacen lo que la ley exactamente les autoriza. Sin dejar resquicio alguno para dudas, puesto que todo queda asentado en actas y hecho a la luz del día.
QUE TODO SEA PARA BIEN DE NAYARIT
El pueblo, lo que espera, es que todas las instituciones y las áreas de responsabilidad de los tres poderes, trabajen apegadas a derecho, mirando en todo por el bien de la Nación y de Nayarit. Generando mejores oportunidades de crecimiento y de desarrollo económico. Que posibiliten mejores niveles de economía, empleos y bienestar. Donde todos también tengamos paz, tranquilidad y seguridad. Donde sin lugar a dudas, haya desde luego, la división de poderes que marca la constitución, con la debida coordinación, para asegurar gobernanza y gobernabilidad.