Por Pablo Hernández | Diego Mendoza

Se dice que el océano es el padre de la vida en este planeta, albergando en sus profundidades las primeras formas de vida que han evolucionado a través de milenios. Una de ellas es la tortuga marina, que ha navegado los océanos durante los últimos 110 millones de años y que hoy en día son de las especies más amenazadas.

Asimismo, los arrecifes de coral y los lechos de pasto marino, las tortugas marinas son un importante vínculo de los ecosistemas marinos, es por eso que cada 16 de junio se busca crear conciencia sobre su conservación, fecha que coincide con el natalicio de un destacado ecologista, científico y conservacionista estadounidense que durante toda su vida luchó por el mantenimiento de las poblaciones de tortuga.

En México habitan seis de las siete especies de tortugas marinas que hay en el mundo, de las cuales cuatro nacen en las costas nayaritas: tortuga golfina, tortuga laúd, tortuga verde y tortuga carey, siendo la golfina la más común en la entidad, lo que la ha llevado a convertirse en la imagen de la Riviera Nayarit; ya que nuestro país es bendecido al tener sitios propicios para que estas especies aniden, crezcan y se alimenten. Este hecho propició que naciera el Programa nacional de conservación de tortugas marinas el cual opera desde hace más de 50 años.

Desde 1990, todas estas especies se encuentran en peligro de extinción, luego de que el Gobierno Federal estableciera una veda permanente. No obstante, la pesca ilegal y accidental de estas especies, así como el robo de sus huevos, siguen presentando una amenaza para su existencia.

De acuerdo con la Procuraduría Federal de Protección Ambiental (Profepa), actualmente en la entidad se tiene el registro de nueve campamentos tortugueros de los 176 que existen en el país. Estas estructuras fueron creadas con la intención de promover actividades de protección y conservación a través de recorridos en playas, así como recolectar y trasplantar nidos, sembrar huevos en corrales de incubación y liberar crías.

Los primeros campamentos de la entidad fueron instalados en Platanitos (Playa Las Tortugas) y Nuevo Nayarit (antes Nuevo Vallarta). Conforme los años, se fueron estableciendo nuevas zonas de conservación dentro de la Riviera Nayarit como la playa El Naranjo, en la Peñita de Jaltemba; Boca de Chila en Zacualpan; Sayulita, San Blas, Lo De Marcos, Punta Raza en el Monteón y Careyeros-Litibú en Punta de Mita.

Estimaciones de las Oficina de Visitantes y Convenciones de la Riviera Nayarit, apuntan al campamento tortuguero de Nuevo Nayarit como el más productivo, al liberar alrededor de 400 mil quelonios por año, mientras que en Playa Las Tortugas se estima un total de 250 mil ejemplares liberados por temporada. En Boca de Chila se reporta la liberación de 70 mil crías y en San Blas de un total de 50 mil tortugas por temporada.

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